La alcaldesa Valérie Plante presentó una escena surrealista en el ayuntamiento y el vídeo de este momento embarazoso se volvió viral en poco tiempo.
Algunos se preguntan si estaba bajo la influencia, otros creen que simplemente se quebró bajo la presión.
De todos modos, una cosa está clara: Plante parece estar perdiendo equilibrio y Montreal está siendo testigo de su colapso público.
En el vídeo vemos a una Valérie Plante irreconocible. Gesticulaciones desordenadas, risas nerviosas, comentarios inconexos…
Aquí está el vídeo:
@quebecfier ¿#ValériePlante ha perdido la cabeza????? #Plante #Montréal #polmtl #MTL #polmun #polmuni #ridicule #insolite #bizarre #conseilmunicipal #ProjetMontréal ♬ sonido original – Québec ORGULLOSO
Parecía una grotesca parodia de sí mismo. Los rostros de los concejales municipales presentes lo dicen todo: estupefacción, malestar, incredulidad.
Nadie parecía entender lo que estaba pasando. Una cosa es segura: este momento pasará a la historia como uno de los más extraños en la historia reciente del ayuntamiento.
Mientras sigue circulando el vídeo de Valérie Plante en el ayuntamiento, los comentarios en las redes sociales convergen en una pregunta preocupante: ¿estaba bajo los efectos del alcohol?
Para muchos, su comportamiento inusual, sus carcajadas fuera de lugar y su tono inconsistente dejan pocas dudas.
En Internet abundan los mensajes, que oscilan entre críticas despiadadas y preocupaciones sinceras.
“¿Bajo el efecto de qué medicamento o sustancia se encontraba? Lo pregunto con toda sinceridad”, escribe un internauta.
Otro comenta, no sin ironía: “¿¡Se fumó un bastón de caramelo!? »
Expresiones como “espectáculo de payasos”, “comportamiento grosero y angustioso” y “completamente loco” surgen con frecuencia, alimentando un debate sobre el estado mental y emocional del alcalde de Montreal.
Para muchos, este vídeo es visto como la culminación de un año desastroso marcado por escándalos y errores de gestión. Si la presión ligada a los fiascos del Gran Premio y de la Copa Presidentes no fue suficiente para hacerla perder terreno, esta última aparición pública ha convencido claramente a una gran parte de los habitantes de Montreal de que algo anda mal con su alcalde.
Los internautas, a menudo divididos en cuestiones políticas, parecen unánimes esta vez. Las teorías se multiplican: ¿simplemente estaba abrumada por los acontecimientos, o fue su desesperación ante la caída de su popularidad lo que se apoderó de ella?
Un internauta resumió el sentimiento general: “Incluso cuando intenta ser arrogante, ella es la que termina ridiculizándose a sí misma más que a su oponente. »
Este vídeo viral, lejos de reforzar la imagen de Valérie Plante, se suma a una ya larga lista de errores que han marcado su mandato. Algunos lo ven como una prueba de que ha perdido el control, tanto sobre la ciudad como sobre sí misma.
Si bien esta secuencia provocó risas, también plantea serias dudas sobre el estado del liderazgo en Montreal. Los habitantes de Montreal, cansados de escándalos y controversias, se preguntan ahora si su alcaldesa es todavía capaz de soportar el peso de sus responsabilidades.
Una cosa es segura: Valérie Plante ha llegado a un momento crítico. Y a juzgar por la reacción unánime en las redes sociales, este último incidente bien podría marcar un punto de inflexión irreversible en su carrera política.
¿Es esta espectacular salida el resultado de un año catastrófico? Entre el fiasco del Gran Premio de Montreal, donde puso en peligro una prueba crucial para la economía local, y el desastre de la Copa Presidentes, donde se presentó a la foto después de haber desairado a los organizadores durante cuatro años, Valérie Plante tiene una serie de Escándalos y críticas.
Si a eso le sumamos las innumerables obras de construcción que paralizan la ciudad, los comerciantes que cierran sus negocios y una crisis inmobiliaria que empeora, obtenemos un alcalde en medio de un desastre político. ¿Podrían estas presiones acumuladas explicar su comportamiento?
Para muchos, este vídeo es la prueba definitiva de que Valérie Plante ya no tiene el control ni de su mandato ni de sí misma.
Montreal está pasando por un momento difícil y, en lugar de volver a encarrilar las cosas, el alcalde parece hundirse con el barco. Si no fuera tan grave, sería casi cómico.
Pero para los habitantes de Montreal, esto es todo menos divertido. Ver cómo su ciudad se desmorona mientras su líder colapsa públicamente es nada menos que desesperante.
Este momento viral, aunque vergonzoso, ilustra hasta qué punto Valérie Plante ha perdido la confianza, no sólo de sus ciudadanos, sino también, al parecer, de ella misma.
Mientras el vídeo sigue circulando en las redes sociales, una pregunta sigue sin respuesta: ¿qué está pasando con Valérie Plante? ¿Ha llegado a un punto de ruptura? ¿Podrán sus colaboradores reparar las vasijas rotas?
Una cosa es segura: si esperaba recuperar su imagen después de un año desastroso, esta escena en el ayuntamiento no es un buen comienzo.
Montreal merece algo mejor y ya es hora de que alguien tome las riendas antes de que la situación se vuelva aún más caótica.
Si el vídeo viral testimonia el declive personal de Valérie Plante, su año 2024 habrá estado marcado por una sucesión de fracasos políticos y escándalos que explican en gran medida su aparente pérdida de control.
Empecemos por el Gran Premio de Montreal, un acontecimiento importante para la metrópoli, que genera importantes beneficios económicos y posiciona a Montreal como una ciudad imprescindible en el panorama internacional.
Bajo la administración Plante, este evento se vio sumido en el caos: cierres injustificados de terrazas, gestión desastrosa del tráfico y tensiones con los organizadores que casi obligaron a trasladar el evento a Toronto.
La gestión de este evento provocó una oleada de ira entre los habitantes de Montreal, que lo vieron como un flagrante desprecio hacia los comerciantes locales y una incapacidad de comprender la importancia de mantener este buque insignia económico en la ciudad.
Si el episodio del Gran Premio no fuera suficiente, la Copa Presidentes dio en el clavo. Durante cuatro años, Valérie Plante ignoró las llamadas de los dirigentes de la PGA, negándose a colaborar o participar en la organización de este prestigioso evento de golf.
Luego, para sorpresa de todos, apareció a lo grande el día del torneo, riendo y posando para las cámaras, como si hubiera sido la figura central de la organización.
Esta actitud indignó tanto a los líderes como a los ciudadanos de la PGA.
Los problemas de transporte y los enormes atascos de tráfico en Île-Bizard transformaron lo que debería haber sido un escaparate internacional para Montreal en una pesadilla logística.
Más allá de estos dos fiascos, el año de Valérie Plante estuvo marcado por decisiones controvertidas que siguen alimentando la frustración de los ciudadanos.
Las incesantes obras de construcción paralizan la ciudad, los impuestos aumentan y los comerciantes cierran sus negocios. La crisis inmobiliaria está empeorando y las soluciones propuestas por la administración parecen insuficientes, incluso desconectadas de la realidad.
Los carriles para bicicletas, si bien son importantes para algunos, se han convertido en un símbolo de las prioridades equivocadas de la administración Plante.
Mientras tanto, la inseguridad crece y la confianza de los habitantes de Montreal en su alcalde se desmorona día tras día.
Estos fracasos acumulativos hicieron de 2024 un año desastroso para Valérie Plante. Su caótica gestión, sus decisiones impopulares y sus prioridades cuestionables han creado un clima de descontento generalizado.
El vergonzoso vídeo del ayuntamiento es, en última instancia, sólo la manifestación visible de una alcaldesa que parece abrumada por los desafíos que enfrenta.
Al intentar defender sus políticas y justificar sus decisiones, Valérie Plante acabó perdiendo lo que es esencial para un líder: la confianza y el respeto de aquellos a quienes se supone debe representar.
Para los habitantes de Montreal, 2024 será recordado como el año en el que su ciudad tomó una trayectoria preocupante y en el que su alcaldesa mostró sus límites de forma dramática.