Donald Trump ya se atribuye las importantes inversiones realizadas por Ottawa para asegurar la frontera, una victoria obtenida contra una “dificultad” que Justin Trudeau, el presidente electo, saluda.
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“El presidente Trump asegura la frontera aunque aún no esté en el cargo”: este es el título de un breve comunicado de prensa publicado por los servicios de comunicación de Trump, que debe tomar el poder en 33 días.
Este mensaje sigue al anuncio hecho por el gobierno de Trudeau el martes de un plan de 1.300 millones de dólares durante cinco años para aumentar los controles en la frontera entre Canadá y Estados Unidos.
Esto es una prueba de que el “ultimátum” arancelario lanzado por Trump después de su victoria “decisiva” el mes pasado ya ha dado frutos, argumenta el bando de Trump.
“Canadá no tardó mucho en prestar atención a la advertencia del presidente Trump”, se lee.
“Ante la protesta de sus propios ciudadanos, el asediado Primer Ministro Justin Trudeau acaba de anunciar un plan de mil millones de dólares para mejorar dramáticamente la seguridad fronteriza y aumentar las patrullas fronterizas para detener la “inmigración ilegal, el tráfico de personas y las drogas mortales que ingresan a los Estados Unidos”.
Del lado mexicano, el presidente electo saluda la mayor incautación de fentanilo reportada en la historia del país el pasado 5 de diciembre.
“En sólo seis semanas, el presidente Trump ha logrado avances importantes en la promoción de la paz internacional, el impulso del crecimiento económico, el desmantelamiento de programas sociales divisivos y el apoyo a la inversión estadounidense”.
El líder de los republicanos aumenta sus burlas hacia Canadá. Anoche volvió a quejarse de los llamados “subsidios” otorgados por Estados Unidos a Canadá en referencia a la balanza comercial entre ambos países.
“Muchos canadienses quieren que Canadá se convierta en el estado número 51. Se ahorrarían enormemente en impuestos y protección militar. Creo que es una gran idea. ¡¡¡Estado 51!!!”, escribió Trump.
Estos comentarios inoportunos se producen en un contexto en el que el liderazgo de Justin Trudeau pende de un hilo. La rotunda salida de su mano derecha en Finanzas, Chrystia Freeland, asestó un golpe potencialmente fatal al Primer Ministro.
El ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc, amigo personal de Justin Trudeau, asumió el cargo de Finanzas. Hoy compagina los dos ministerios, además de ocuparse de las relaciones con las provincias.
Él fue quien anunció ayer el plan federal para la frontera enfocado a combatir el comercio de fentanilo y los cruces ilegales. El plan incluye la compra de drones, tecnologías de vigilancia bioquímica y el establecimiento de una fuerza policial entre Canadá y Estados Unidos para combatir el crimen transfronterizo.
Justin Trudeau no habla con los medios desde la semana pasada y ha cancelado todas sus entrevistas de fin de año.
