El jefe de la OTAN, Mark Rutte, recibió el miércoles por la tarde en Bruselas al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, para discutir, con otros líderes europeos, la guerra en Ucrania, pocas semanas antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Esta reunión es “una muy buena oportunidad para hablar sobre las garantías de seguridad para Ucrania, para hoy y para mañana”, lanzó Zelensky junto con Rutte, desde las escaleras de la residencia del Secretario General de la OTAN en Bruselas.
Esta reunión, en vísperas de una cumbre de la UE, tiene como objetivo reunir a los aliados europeos “más decididos” en su apoyo a Kiev para consolidar la reflexión sobre dos temas: ¿cómo abordar la nueva administración Trump y qué más se puede hacer por Ucrania? , resume un diplomático en Bruselas.
“Europa necesita una posición fuerte y unida para permitir una paz duradera”, insistió el presidente ucraniano.
Los europeos están preocupados por la posibilidad de una suspensión de la ayuda militar estadounidense a Ucrania y las promesas de Donald Trump de poner fin a la guerra “en 24 horas”. En este contexto, Ucrania plantea ahora la posibilidad de negociaciones de paz, que rechaza desde hace tiempo, siempre que se garantice su seguridad.
En esta reunión en torno a Rutte se esperan los líderes de Alemania, Polonia, Italia, Dinamarca, los Países Bajos y las principales instituciones de la Unión Europea.
No estarán presentes ni el primer ministro británico, Keir Starmer, ni el presidente francés, Emmanuel Macron, que visitará Mayotte, un archipiélago francés en el océano Índico devastado por el ciclón Chido. Estarán representados por sus ministros de Asuntos Exteriores. Macron, sin embargo, se reunió cara a cara con el presidente Zelensky en Bruselas antes de volar a Mayotte.
“Fortalecer Ucrania ahora no es sólo un imperativo moral, sino también estratégico”, insistió el miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La prioridad es garantizar que Ucrania “no se vea obligada a aceptar una paz que le sería dictada”, se hizo eco el canciller alemán Olaf Scholz a su llegada a Bruselas.
“Última paz”
El martes, Zelensky pidió “una paz duradera” que el presidente ruso Vladimir Putin “ya no pueda romper”. Y la única manera que tiene de garantizarlo es que Ucrania se una a la OTAN para beneficiarse de su protección.
Esta perspectiva “irreversible”, según la OTAN, sin embargo, no está vigente y la idea es necesaria para ofrecer otras garantías de seguridad.
Francia y Polonia discutieron la semana pasada en Varsovia el envío de tropas a Ucrania para garantizar el cumplimiento de un posible alto el fuego.
El debate avanza pero sigue siendo difícil dada la incertidumbre que rodea las futuras propuestas de Donald Trump, subraya un diplomático europeo.
Rutte se negó a abordar el tema el miércoles, creyendo que hablar de ello en público haría las cosas demasiado “fáciles” para los rusos, que sólo tendrían que “mirar la televisión, con el cigarro en la boca”, para enterarse de todo sobre los planes de los aliados.
Para el presidente ucraniano, la urgencia es sobre todo obtener más armas para poder cambiar la situación en el campo de batalla.
Según Rutte, Ucrania ha indicado que necesita 19 sistemas de defensa aérea adicionales para protegerse de los constantes ataques de las fuerzas rusas contra sus ciudades e infraestructura energética.
El ejército ucraniano, debilitado por la falta de hombres y de armas, lleva más de un año a la defensiva. Desde la caída, sus fuerzas se han ido retirando cada vez más rápidamente.
Moscú reclamó el viernes la captura de dos nuevas localidades ucranianas después de afirmar haber conquistado unas 189 desde principios de año.