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Desde que entró en vigor el alto el fuego en el Líbano el 27 de noviembre, Israel ha sido acusado de cometer 248 violaciones, que provocaron la muerte de al menos 30 personas y 37 resultaron heridas, según informes de las autoridades libanesas. Estas violaciones persisten a pesar de los llamamientos internacionales para que se ponga fin a las hostilidades, lo que exacerba la ya crítica situación humanitaria en el país.
Violaciones del alto el fuego
El 12 de diciembre, Israel cometió 12 violaciones adicionales, incluida una que hirió a tres personas. Estos ataques tuvieron lugar principalmente en los distritos del sur, en particular en Tiro, Marjayoun, Hasbaya y la Bekaa. Las violaciones incluyeron ataques aéreos con drones, bombardeos de artillería y destrucción de carreteras e infraestructuras con excavadoras. Además de estos ataques aéreos, se ha informado de sobrevuelos de aviones no tripulados militares, intensificando la presión sobre regiones ya devastadas por conflictos anteriores.
El alto el fuego vigente desde finales de noviembre no ha impedido estas repetidas acciones de Israel, que continúan debilitando la estabilidad del país y agravando la crisis humanitaria.
El impacto de la agresión israelí en el Líbano
La agresión israelí contra el Líbano comenzó el 8 de octubre de 2023 en forma de bombardeos aéreos. Estos ataques evolucionaron rápidamente hasta convertirse en una ofensiva a gran escala y el 23 de septiembre las hostilidades se intensificaron. El costo humano de estos ataques es trágico: más de 4.000 mártires y más de 16.000 heridos, entre ellos un gran número de mujeres y niños. Además, casi 1,4 millones de libaneses se han visto obligados a huir de sus hogares debido a la violencia, empeorando una crisis económica y social ya grave.
Una situación humanitaria crítica
Las consecuencias de estas violaciones son devastadoras para los civiles libaneses. Más allá de las pérdidas humanas, infraestructuras esenciales como hospitales, escuelas y carreteras sufrieron graves daños. El Líbano, que ya está sumido en una crisis económica y política, enfrenta un desafío adicional con estos continuos ataques, que impiden cualquier intento de reconstrucción o ayuda humanitaria adecuada.
Las violaciones de Israel también tienen un impacto directo en la capacidad del país para responder a las necesidades urgentes de su población, exacerbando aún más el sufrimiento. La seguridad, la atención sanitaria y el acceso a los servicios básicos siguen comprometidos y el país se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad.
Llamados a la acción internacional
Ante esta alarmante situación, la comunidad internacional, incluida la ONU, reafirmó la importancia de respetar el alto el fuego y garantizar la protección de los civiles libaneses. A pesar de estos llamamientos, Israel ha continuado cometiendo violaciones sin afrontar sanciones reales, lo que ha provocado indignación entre las autoridades libanesas y los defensores de los derechos humanos.
Las autoridades libanesas están pidiendo una mayor presión internacional para obligar a Israel a respetar sus compromisos de derecho humanitario y compensar a las víctimas de los ataques. El respeto del alto el fuego se considera ahora una condición previa para una paz y estabilidad duraderas en la región.
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