¿Terminará, aunque sea momentáneamente, la terrible experiencia de los habitantes de Gaza antes de fin de año? Esto es lo que esperamos de las negociaciones iniciadas desde el 11 de diciembre entre representantes de Hamás e Israel bajo el patrocinio de Estados Unidos, Qatar y Egipto. Pero, día tras día, los rumores de progreso se ven invalidados por informes de bloqueos. Las diferencias que quedan por resolver se refieren tanto al ritmo como al contenido del acuerdo para esta segunda tregua, después de la de noviembre de 2023 que duró una semana y permitió la liberación de 105 rehenes y 240 prisioneros palestinos.
Hamás quiere finalizarlo antes de que Donald Trump asuma el cargo el 20 de enero de 2025. El martes, el movimiento islamista dijo que las discusiones en Doha, Qatar, fueron “serio y positivo”y estimó que “La conclusión de un acuerdo de alto el fuego y de intercambio de prisioneros es posible si la ocupación deja de imponer nuevas condiciones”. La administración Biden, que quiere cosechar los beneficios, está presionando en esta dirección.
No necesariamente el Gobierno de Netanyahu, que puede considerarse en una posición de fuerza con el regreso de Donald Trump a la Oficina Oval, pero debe gestionar las expectativas de la opinión pública israelí y los temores que aparecen como obstáculo a la liberación de los rehenes. Según se informa, una delegación israelí llegó el lunes 16 de diciembre a Doha para reunirse con los mediadores, donde ya estaba presente el asesor del presidente Biden para Oriente Medio, Brett McGurk. Este miércoles 18 de diciembre llegó a la capital qatarí, por su parte, William Burns, director de la CIA.
Israel exige ‘total libertad de acción’, Hamás liberará rehenes a cambio de prisioneros
¿Qué contendría el acuerdo? El gobierno israelí, a través de la voz de su Ministro de Defensa, Israel Katz, solicita una “libertad total de acción” y control de seguridad de su país en la Franja de Gaza al final de la guerra. Tel Aviv también habría puesto sobre la mesa los avances en las negociaciones con vistas a normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, tras los Acuerdos de Abraham firmados durante el primer mandato de Donald Trump.
Por su parte, Hamás aceptó la liberación de los rehenes teniendo como criterio principal la situación humanitaria: las mujeres, los ancianos y los enfermos serían liberados como prioridad. A cambio, los prisioneros palestinos serían liberados de las cárceles israelíes, donde a menudo se encuentran recluidos sin condena. El movimiento islamista también exige que el alto el fuego sea definitivo y no temporal, o, de hecho, el fin de la guerra en Gaza.
Según el diario israelí Haaretzque obtuvo información de fuentes directamente involucradas en las conversaciones, “Las partes acordaron que Israel proporcionaría al reino (Arabia Saudita – Nota del editor) el compromiso de seguir un camino hacia la creación de un Estado palestino” en lugar de un “reconocimiento explícito por parte de Israel de un Estado palestino”defendido anteriormente por Riad. “Un acuerdo no está cerca de cerrarse”, Sin embargo, estima un funcionario israelí en declaraciones al sitio de información Axios. ¿Reflejo real de bloqueos o posturas encaminadas a “jugar a ganar tiempo”?
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