lo esencial
Los protegidos de Rachid Ezzamzani llevaron al ogro bouriano al límite. En vano…
La revisión del personal realizada en estas mismas columnas (lea nuestra edición del miércoles 11 de diciembre) fue, lamentablemente, tres veces lamentablemente representativa de las fuerzas activas. Todos los “peces gordos” de Gourdon estuvieron presentes el pasado domingo para bloquear el camino a un equipo valiente y talentoso de Magnanac.
Sólo Lucas Foulhac faltaba en el centro de atención. Sí, Lucas, el hijo del ilustre Régis y, en consecuencia, primo de Audrey, a quien tampoco nadie ha olvidado… Lucas, a quien el público de Fenouillet había conocido mejor el pasado mes de julio, durante el campeonato de Francia de triplete mixto que la joven Lotois compitió junto a Alexandra Bornes y “Seb” da Cunha. Nunca podremos decir lo suficiente hasta qué punto el éxito del joven asociado de Francis Leman pesó mucho a la hora de hacer el recuento final. Porque Magnanac, como se esperaba, había comenzado a funcionar. Con cuatro enfrentamientos directos en el haber de los visitantes, ganar un dobles fue suficiente para encontrarse en un empate favorable. Algunos pensaban que dos fenómenos como “Bambi” Schmitt y Kenny Champigneul se llevarían los tres puntos. No fue así, Leman y Foulhac empujaron sin contemplaciones a los favoritos: 13-5. Gourdon tenía entonces el hermoso papel, o más precisamente, el del perseguido. A pesar de todos sus esfuerzos, los dos perdedores de la sesión anterior y Marjorie Galy fracasarán en favor de lo que es mejor (o cercano) en términos mixtos: Bornes, Da Cunha y Mickaël Iragnes, la revelación provenzalista del verano de 2022. De hecho, ganó por poco (13-10). Felicitaciones a sus anfitriones que no acompañarán ni al PRS ni a Launaguet en el coche adecuado. Daño…
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