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Desde la caída del régimen sirio de Bashar al-Assad, Israel ha estado redefiniendo sus prioridades estratégicas en la región. Con su superioridad militar y su posición diplomática fortalecida, el Estado judío se esfuerza por explotar la transición siria para consolidar su seguridad y expandir su influencia en Medio Oriente.
Una ofensiva militar decisiva
La campaña militar israelí llevada a cabo en 2024 contra la infraestructura militar siria marcó un punto de inflexión decisivo. De acuerdo a Al-Nahar (edición del 11 de diciembre de 2024), Israel afirma haber destruido el 80% de las capacidades militares sirias. Estos ataques, concentrados en bases estratégicas y depósitos de armas, tenían como objetivo evitar que las milicias proiraníes tomaran el control, pero también enviar un mensaje claro a los actores regionales.
El Primer Ministro Benjamín Netanyahu, en un discurso transmitido por Al Sharq Al-Awsatjustificó estas acciones afirmando: “Actuamos para garantizar la seguridad de Israel y evitar que el caos sirio amenazara nuestras fronteras. Estos ataques también tenían como objetivo reducir la influencia de nuestros enemigos, en particular Irán. »
Estas acciones, aunque unilaterales, fueron aclamadas por algunos aliados occidentales como un ejemplo de estrategia proactiva frente a posibles amenazas a la seguridad. Sin embargo, también han suscitado críticas, en particular de Rusia y las Naciones Unidas, que han denunciado violaciones de la soberanía siria.
Un mayor papel en la frontera
La frontera entre Israel y Siria, en particular los Altos del Golán, sigue siendo un centro neurálgico. De acuerdo a Al JoumhouriyatIsrael ha fortalecido su presencia militar en esta región, estableciendo zonas de amortiguación desmilitarizadas y monitoreando activamente los movimientos de los grupos armados. Esta estrategia tiene como objetivo garantizar que no puedan surgir amenazas de las regiones fronterizas, al tiempo que permite a Israel mantener un control efectivo sobre esta zona estratégica.
El establecimiento de asociaciones con determinadas comunidades locales en Siria, particularmente en el sur del país, ilustra un nuevo enfoque israelí. Estas alianzas, reportadas por Al-Akhbarpretenden crear relaciones de confianza con facciones moderadas que puedan limitar la influencia de grupos hostiles como Hezbolá o las milicias iraníes.
Neutralizar la influencia iraní
Uno de los principales objetivos de Israel en Siria es contrarrestar la influencia iraní, que había crecido significativamente durante el conflicto sirio. De acuerdo a Al Sharq Al-AwsatLos ataques israelíes han tenido como objetivo en repetidas ocasiones convoyes de armas iraníes destinados a Hezbollah, así como instalaciones administradas por la Guardia Revolucionaria iraní.
Al mismo tiempo, Israel está liderando una ofensiva diplomática para unir a sus aliados internacionales a esta causa. En una reunión reciente con funcionarios estadounidenses, el Ministro de Defensa de Israel abogó por un mayor apoyo a la estrategia de Israel en Siria. De acuerdo a Al-Naharesta ofensiva diplomática también incluye discusiones con los países del Golfo, que comparten las preocupaciones israelíes con respecto a Irán.
Iniciativas económicas en preparación
Más allá de las consideraciones militares, Israel está explorando oportunidades económicas en la Siria en transición. Al Bina’informa que empresas israelíes, en colaboración con socios internacionales, están estudiando proyectos de reconstrucción en sectores como la energía, la infraestructura y la agricultura.
Sin embargo, estas iniciativas siguen estando condicionadas a una normalización gradual de las relaciones entre Israel y el gobierno de transición sirio. Al Joumhouriyat subraya que esta perspectiva, aunque posible a largo plazo, se ve obstaculizada por las tensiones históricas y la resistencia interna en Siria.
Una posición estratégica fortalecida
Al establecerse como un actor clave en la transición siria, Israel también pretende fortalecer su posición geopolítica en la región. Al Sharq Al-Awsat analiza que esta estrategia se basa en tres pilares principales: garantizar la seguridad fronteriza, debilitar a sus enemigos regionales (en particular, Irán y Hezbolá) y asegurarse un lugar en los debates internacionales sobre el futuro de Siria.
Esta estrategia proactiva coloca a Israel en una posición de fortaleza, pero también conlleva riesgos. Algunos analistas advierten de una posible escalada con Irán o de un deterioro de las relaciones con Rusia, que sigue siendo un actor influyente en Siria a pesar de la caída de Assad.
¿Un modelo para otras intervenciones?
La postura israelí en Siria podría inspirar a otros países que enfrentan amenazas regionales similares. Al adoptar una estrategia que combina la fuerza militar y la diplomacia selectiva, Israel demuestra que es posible influir en un entorno complejo mientras se persiguen objetivos de seguridad nacional.
Sin embargo, este enfoque plantea cuestiones éticas y legales, particularmente en relación con el respeto a la soberanía siria. Las críticas, recogidas por Al-Akhbarinsisten en la necesidad de encontrar un equilibrio entre la seguridad nacional y el derecho internacional para evitar una mayor desestabilización de la región.
Una influencia que divide
Mientras Israel continúa consolidando su influencia en Siria, sus acciones dividen a la comunidad internacional. Si bien algunos celebran su capacidad para actuar con decisión, otros temen que esta estrategia pueda conducir a una escalada de tensiones en una región ya inestable.
Para Israel, el desafío será mantener su posición estratégica mientras navega en un entorno marcado por alianzas fluctuantes y rivalidades complejas. Mientras Siria comienza su reconstrucción, la forma en que Israel gestione esta transición podría definir su papel en la región en los años venideros.
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