El fondo soberano de Noruega, oficialmente denominado Government Pension Fund Global (GPFG), superó el viernes 6 de diciembre un umbral simbólico y alcanzó un valor de 20 billones de coronas noruegas, es decir, aproximadamente 1,7 billones de euros. Esta cantidad representa un aumento significativo en la gestión de los ingresos petroleros del Estado noruego.
Creado en 1990 para preparar la economía noruega para la era post-petróleo, el fondo recibió su primer pago en 1996, una suma relativamente modesta de 1.981 millones de coronas. Desde entonces, su valor ha crecido espectacularmente, superando la marca de los 10 billones en 2019, antes de duplicarse en sólo cinco años.
Crecimiento apoyado en inversiones diversificadas
GPFG invierte principalmente en acciones, que representan poco más del 70% de sus activos totales. Con participaciones en alrededor de 8.800 empresas en todo el mundo, el fondo posee por sí solo el 1,5% de todas las acciones cotizadas a nivel mundial. Este estatus le otorga una posición única como el mayor inversor individual del planeta.
Además de acciones, el fondo cuenta con una importante cartera de bonos, que representan alrededor del 27% de sus activos, y diversas inversiones en bienes raíces y proyectos de energía renovable no cotizados.
Un impacto directo en la población noruega
El valor actual del fondo corresponde a 3,6 millones de coronas por cada habitante del país, incluidos los niños. Estos activos están destinados a respaldar el generoso estado de bienestar noruego en el futuro, cuando los ingresos por hidrocarburos disminuyan con el agotamiento de los recursos petroleros.
El GPFG se cita a menudo como un ejemplo de gestión responsable de los recursos naturales, que busca equilibrar el rendimiento económico y la sostenibilidad a largo plazo. Este modelo inspira a otras naciones ricas en recursos naturales.
Un modelo de inversión sostenible en evolución
A lo largo de los años, el fondo también ha integrado criterios éticos y medioambientales en su estrategia de inversión. Por ejemplo, evita empresas involucradas en la producción de carbón o actividades consideradas perjudiciales para el medio ambiente.
A medida que se acelera la transición energética global, el fondo continúa diversificando sus activos para incluir más proyectos alineados con los objetivos climáticos internacionales.