Mientras los europeos quieren avanzar en el expediente ucraniano antes de la toma de posesión de Donald Trump, el presidente francés intentó influir en su homólogo estadounidense al margen de la ceremonia de reapertura de Notre-Dame.
Donald Trump, Volodymyr Zelensky y Emmanuel Macron en la misma foto, en el salón dorado del Elíseo, tras una entrevista tripartita de 35 minutos. Es una buena jugada diplomática del presidente francés, que sólo se materializó en el último momento y que, de llevarse a cabo, podría contribuir a llevar la guerra a una fase de negociaciones. ¿Es esto una señal? Con su corbata amarilla y su chaqueta azul, Donald Trump, que dio sus primeros pasos internacionales en París desde su reelección, vestía los colores de Ucrania.
El domingo aún no se había filtrado nada sobre el contenido de esta reunión, de la que los tres presidentes salieron sonrientes. Pero las reacciones demostraron que es positivo y que las líneas se están moviendo. Volodymyr Zelensky, largamente aplaudido en la catedral, lo juzgó “ importante, bueno y productivo ». « Queremos que esta guerra termine lo antes posible y de manera justa. La paz a través de la fuerza es posible
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