Desde el desastroso debate que lo enfrentó a Donald Trump el jueves pasado, Joe Biden ha preocupado a ciertos pesos pesados y parlamentarios demócratas. Estos últimos temen que su estado de salud le cueste al partido las próximas elecciones presidenciales estadounidenses.
Pesos pesados demócratas y parlamentarios comenzaron este martes 2 de julio a cuestionar públicamente el estado de forma de Joe Biden, con incluso un primer llamado público al presidente estadounidense para que retire su candidatura a un segundo mandato.
“Tengo la esperanza de que tome la difícil y dolorosa decisión de dimitir. Le pido respetuosamente que lo haga”, escribió el texano Lloyd Doggett en un comunicado a los medios estadounidenses.
“No debe entregarnos a Trump en 2024”, añadió este parlamentario demócrata, el primero en exigir públicamente al presidente que tire la toalla.
“Creo que es legítimo preguntarse si se trata de un simple episodio o de un estado duradero”, afirmó la muy influyente Nancy Pelosi, expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes, en el canal favorito de Joe Biden, MSNBC. Se refiere obviamente al desastroso debate del jueves pasado, durante el cual el demócrata de 81 años perdió terreno frente a su rival republicano Donald Trump.
El presidente estadounidense también concederá el viernes su primera entrevista desde este debate, anunció el martes el canal ABC News.
¿Se agotó la paciencia de los demócratas?
Desde el debate, los funcionarios del partido parecieron vacilantes, quizás dándole a Joe Biden la oportunidad de calmar realmente las preocupaciones con una conferencia de prensa sin teleprompter o una larga entrevista sin red, lo cual no hizo. Pero la paciencia de los demócratas está claramente agotada.
“Tenemos que ser honestos con nosotros mismos y decir que no fue simplemente una noche horrible”, dijo el martes a CNN el representante de la Cámara de Representantes Mike Quigley, un demócrata de Illinois.
Una encuesta publicada el martes por la CNN basta para avivar aún más las inquietudes del campo demócrata: el 75% de los votantes encuestados cree que el partido tendría mejores posibilidades en noviembre con un candidato distinto de Joe Biden.
A Donald Trump se le atribuye el 49% de las intenciones de voto a nivel nacional, frente al 43% de su rival, una diferencia que se mantiene sin cambios respecto a la última encuesta de este tipo, realizada en abril.
La vicepresidenta Kamala Harris, sin ganar, estaría mejor situada, con un 45% frente al 47% del expresidente republicano de 78 años, dentro del margen de error estadístico.
Demócratas poco conocidos por el público en general con puntuaciones similares a las de Biden
Otros potenciales candidatos demócratas, algunos poco conocidos por el gran público, se enfrentarían a Donald Trump con puntuaciones similares a las del actual presidente, pese a su falta de notoriedad, como por ejemplo el gobernador de California Gavin Newsom, el ministro de Transportes Pete Buttigieg, o La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer.
“Culpo al equipo de campaña por dejar de lado las preguntas que la gente hace”, dijo el senador demócrata Peter Welch en una entrevista con el sitio Semafor, publicada el martes.
Artículos recientes, en particular de los sitios Axios y Politico, hablan de un presidente que sólo sería plenamente funcional entre las 10.00 y las 16.00 horas, y que sólo leería notas escritas de forma que se evitara cualquier molestia. Desde su elección, el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos ha perdido sin lugar a dudas su facilidad oral y física.
Interacciones reducidas con periodistas.
Hasta ahora, la Casa Blanca siempre ha rechazado todas las preguntas sobre la agudeza intelectual de Joe Biden, a veces con marcada irritación. Una investigación reciente del Wall Street Journal que informó sobre un “declive” del octogenario le valió al periódico una ola de críticas particularmente duras por parte de su equipo de comunicaciones.
Hace varios meses que el presidente estadounidense, que se ha caído varias veces en público, ya no utiliza la gran pasarela de su avión, prefiriendo una escalera más corta y estable.
Desde hace varias semanas, también se rodea de asesores para desplazarse desde la Casa Blanca hasta su helicóptero situado en el césped, lo que evita largas tomas de cámara de su andar muy rígido.
El presidente estadounidense, siempre propenso a las meteduras de pata, no ha dado una rueda de prensa larga desde enero de 2022 y ha reducido el número de intercambios improvisados con periodistas.
El demócrata pasa casi todos sus fines de semana en una de sus casas en Delaware, sin programa oficial.
Cuando Joe Biden visitó recientemente Francia, con motivo de las conmemoraciones del Desembarco Aliado de 1944, se dirigió directamente del aeropuerto a su hotel, donde permaneció encerrado durante un día entero, sin aparición pública alguna.
