Publicado el 6 de diciembre de 2024 a las 15:53 horas. / Modificado el 6 de diciembre de 2024 a las 15:57 horas.
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Es un tema constante de disertaciones o de la respuesta de un periodista: “¿Puede el arte cambiar el mundo?” Implícito: si no lo hace, ¿cuál es el punto? Pero la buena noticia durante esta temporada de Adviento, la primicia interestelar que esta columna está a punto de revelar, es que la respuesta es sí. Cada día, cada hora, cada minuto, el arte nos cambia. Nos mueve, de un estado a otro, de un lugar a otro. Es probable que el fenómeno se sienta aún más hoy en día, cuando el mundo se congela, dividido en campos atrincherados donde las vociferaciones complican toda circulación, ante todo la del pensamiento, es decir, de los matices.
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