Una niña sostiene a su perro mientras saluda a sus abuelos desde un tren de evacuación que sale de Pokrovsk, región de Donetsk, al este de Ucrania, agosto de 2022.Imagen: AP
Comentario
Ucrania no es sólo un gigantesco campo de batalla, según nuestro periodista especializado en el conflicto. En muchas zonas la vida es relativamente segura y, por tanto, aceptable. ¿Qué consecuencias tendrá para la política de asilo suiza? ¿De qué debería realmente avergonzarse Suiza al restringir el estatus S? Comentario.
04.12.2024, 16:5904.12.2024, 19:00
Kurt Pelda / ch media
No podemos medir la solidaridad de un país por la ayuda que proporciona a personas que realmente no la necesitan. Cuando se agotan los recursos -y esto no sólo es cierto en el ámbito del asilo y la inmigración- la razón y la humanidad dictan que nos centremos en los más necesitados.
Por supuesto, misiles, drones e incluso misiles de crucero rusos atacan ocasionalmente el oeste de Ucrania, cerca de las fronteras con los países de la OTAN: Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania. Sin embargo, todo el que viaja a Ucrania se da cuenta la diferencia entre las regiones cercanas al frente en el este y el sur y las regiones en gran medida salvadas en el oeste.
sirenas inutiles
Por citar sólo un ejemplo, la diferencia entre Járkov, la segunda ciudad del país, situada no lejos de la frontera rusa, y Lviv es sorprendente. Casi todas las noches en Járkov se escuchan los impactos de las bombas flotantes rusas. Mientras que en Lviv, a unos 900 kilómetros de distancia, a menudo no pasa nada durante semanas.
El periodista Kurt Pelda visita Ucrania con regularidad desde el comienzo de la guerra.medios de comunicacion
En Occidente, algunas personas pueden sufrir alteraciones del sueño debido a las sirenas de alarma aéreas que suenan constantemente. Sin embargo, no porque las escuchemos regularmente, todo el territorio es un campo de batalla. En lugar de dar avisos breves y específicos en caso de amenaza, como en Israel, Kiev prefiere enviar a sus empleados, estudiantes y alumnos a refugiarse durante horas en refugios. Mientras tanto, el resto de la población no hace caso a las alarmas.
En la mayoría de los casos no pasa nada. Alertas mejor dirigidas salvarían vidas y reducirían los problemas de sueño.
Sobre todo, el aullido de las sirenas no es suficiente para justificar el acceso a uno de los sistemas de asilo y protección más generosos del mundo. No existen estadísticas que permitan determinar cuántas personas que buscan protección en Suiza proceden del oeste o del este y del sur de Ucrania. Pero la modificación del estatuto de protección S adoptada por el Parlamento no afecta a los refugiados que ya han llegado. Ella está apuntando a los próximos.
Y entre esta gente, Es del todo apropiado distinguir entre quienes provienen de zonas de guerra o territorios ocupados por Rusia y quienes provienen de las regiones occidentales del país.relativamente seguro, donde el riesgo de sufrir daños durante un accidente de tráfico es mayor que durante un bombardeo ruso.
Las nuevas regulaciones significarían que en el futuro la Secretaría de Estado de Migraciones (SEM) tendría que monitorear de cerca los movimientos del frente y conocer las regiones en riesgo en tiempo real. También sería necesario estudiar los lugares donde los ataques con drones y misiles son particularmente numerosos. Sería fácil para Járkov, pero el caso de la ciudad portuaria de Odessa, al sur y cada vez más objetivo de Moscú, daría más problemas a los responsables de la toma de decisiones.
Poner fin a un sistema impactante
Las nuevas regulaciones también abordarían una situación particularmente impactante: los propietarios en el oeste de Ucrania a menudo alquilan sus apartamentos y casas vacías a personas desplazadas de las regiones orientales, a precios a veces demasiado altos. Estos mismos propietarios luego se van tranquilamente a vivir a Suiza, en nombre del estatus S, a expensas de la comunidad. Esto debe cambiar.
Sin embargo, el Consejo Nacional no logró eliminar otra flagrante injusticia: los ucranianos que buscan protección pueden seguir pasando hasta dos semanas de vacaciones en su país. La situación es muy diferente para los solicitantes de asilo: quienes regresan a su país de origen corren el riesgo de perder su estatus en Suiza. Por fin debemos poner fin a esta discriminación contra personas principalmente de África o Asia.
Si venimos a nosotros, no es para luego volver a irnos de donde nos sentimos perseguidos o amenazados por la guerra.
Para ayudar verdaderamente a Ucrania, Suiza debería mostrar una mayor solidaridad fuera del ámbito del asilo y la protección. Nuestra ayuda humanitaria hasta ahora ha sido vergonzosamente tímida. A medida que se acerca el invierno y Rusia provoca repetidos cortes de energía, ya es hora de que “el país de tradición humanitaria” justifique su reputación.
(Traducido del alemán por Valentine Zenker)
