Las variedades de trigo desarrolladas en los años 1980 están siendo víctimas de enfermedades en Túnez, pero los agricultores dicen que las variedades tradicionales parecen más resistentes. No hace mucho, los agricultores tunecinos utilizaban semillas autóctonas y reservaban una pequeña parte de su cosecha para sembrar la siguiente temporada. Pero el desarrollo de semillas híbridas o genéticamente modificadas permitió mejores cosechas y las variedades autóctonas fueron abandonadas en gran medida.
Los agricultores tunecinos están recurriendo a semillas nativas ante la sequía, las enfermedades y el cambio climático. Las semillas tradicionales proceden de un patrimonio genético mejor adaptado al medio ambiente, según el Banco Nacional de Genes de Túnez, que promueve el desarrollo de la agricultura sostenible en el país. “Se trata de reservorios de genes que tienen cientos, e incluso miles de años de antigüedad”, dijo a la prensa internacional Maher Medini, del Banco Nacional de Genes. Agregó que “estas semillas son más resistentes a los peligrosos efectos del calentamiento global, que siguen empeorando. El cambio climático provoca importantes variaciones en las precipitaciones, la temperatura y la humedad, lo que provoca enfermedades en los cultivos. La base de la adaptación es la diversidad”, dijo Medini.
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