Lejos de los avances en el frente ucraniano, el Kremlin está sufriendo un revés tanto político como militar en Siria. La intervención de aviones rusos en sectores rebeldes en el noroeste del país no impidió que el régimen de Bashar Al-Assad, aliado de Moscú y Teherán, perdiera el control de Alepo, por primera vez desde el inicio de la guerra, en 2011. Esta derrota, infligida por la ofensiva lanzada el 27 de noviembre por el grupo islamista Hayat Tahrir Al-Cham (HTC) y sus aliados apoyados por Turquía, se explica a los ojos de Moscú sobre todo por las debilidades del ejército sirio.
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“Frente a la reestructuración en gran medida subestimada llevada a cabo por el jefe de HTC para crear una verdadera organización militar, existen numerosos problemas en las filas sirias: salarios insuficientes, comandantes incompetentes, corrupción, desmovilización de soldados experimentados, dificultades económicas debido a las sanciones estadounidenses.enumera Rouslan Poukhov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, un laboratorio de ideas en Moscú sobre cuestiones militares. Esto no es nuevo. El verdadero problema es que esta negligencia al frente de Siria acabó transmitiéndose a sus aliados, incluidos nosotros…”
Ante este revés, reina casi el silencio en Moscú, donde se han difundido rumores sobre la llegada de Bashar Al-Assad y su familia para refugiarse. Vladimir Putin, que no intervino públicamente, y su homólogo iraní, Massoud Pezeshkian, afirmaron su apoyo. “incondicional”según un comunicado de prensa, tras su conversación telefónica, el lunes 2 de diciembre. Rusia “seguir apoyando” Damasco para “estabilizar la situación”añadió simplemente el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Pero no dio ninguna indicación de cómo aumentar este apoyo. Y no reaccionó ante las imágenes de los rebeldes de HTC que, ahora a sólo 50 kilómetros de la base naval rusa de Tartus, exhibían como trofeos armas pesadas entregadas por Moscú a Damasco.
“Ataque a la imagen de Rusia”
Esta virtual ausencia de reacción pública por parte del Kremlin podría explicarse por la renuencia de Vladimir Putin a actuar bajo presión. En 2015, con el apoyo crucial de Moscú y Teherán, Damasco logró recuperar gradualmente el control de gran parte del país y, en 2016, de Alepo, el corazón económico de Siria. En cambio, “La situación actual es un ataque a la imagen de Rusia”insiste Antón Mardasov, investigador asociado del Instituto de Oriente Medio, con sede en Washington. Mardasov cuestiona la eficacia, en los últimos días, de la fuerza aérea rusa que, perjudicada por la debilidad de la inteligencia siria, “Atacaron principalmente objetivos ya conocidos detrás del frente. Esto puede tener un impacto a largo plazo, pero hace poco para impedir el avance de los luchadores de HTC.. La disminución de la capacidad del ejército ruso se explica sobre todo por la concentración de sus fuerzas en Ucrania. “Rusia no sólo carece de hombres y fondos, sino también de generales competentes, ya que Siria, desde hace dos años, es esencialmente un lugar de exilio para generales ineficaces y gravemente incompetentes”dice Antón Mardásov.
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