En los últimos años, el panorama de los medios de comunicación benineses ha atravesado un período marcado por acontecimientos que han dado lugar a numerosos comentarios sobre el estado de la libertad de prensa. Estos desarrollos imponen desafíos cada vez mayores para los profesionales de los medios. EL Benigno que siempre ha sido un modelo de democracia y libertad de expresión en África occidental, parece estar enfrentando desafíos. Las leyes, en particular el código digital adoptado en 2018, están en el centro de los debates. Diseñada para regular el uso de plataformas digitales, esta legislación plantea dudas sobre su interpretación y aplicación. Por ejemplo, el párrafo 1 del artículo 550 del código establece que toda comunicación electrónica que cause “ angustia emocional » puede dar lugar a sanciones. Aunque el objetivo es legítimo, quedan dudas sobre la claridad de los términos y su alcance real.
Un clima desfavorable a la emulación
El contexto actual de los medios de comunicación en Benín está marcado por una creciente preocupación por los desafíos que enfrentan los profesionales del sector. Prácticas como las repetidas citaciones judiciales o suspensiones de medios de comunicación contribuyen a un entorno en el que la precaución se convierte en la norma. Esta atmósfera empuja a veces a ciertos actores de los medios a evitar investigaciones en profundidad o temas delicados, limitando así la diversidad de contenidos ofrecidos al público. Una de las fuentes de esta mayor cautela es la aplicación del artículo 550 del código digital.
Este párrafo establece que “ cualquier persona inicia una comunicación electrónica que coaccione, intimide, acose o cause angustia emocional a una persona […] se castiga con pena de prisión de un (01) mes a dos (02) años y multa de quinientos mil (500.000) francos CFA a diez millones (10.000.000) de francos CFA, o de una sola de estas dos penas. “. En el contexto del desarrollo digital, que constituye un verdadero desafío para los medios tradicionales, los periodistas, al sentirse obligados a compartir sus producciones a través de plataformas digitales, se encuentran constantemente expuestos al riesgo de encontrarse en conflicto con una u otra interpretación de la ley. Cuando hablamos de “ angustia emocional » por ejemplo, ¿hasta dónde ponemos el límite y quién puede demostrarlo? Los críticos en este punto piden una aclaración de los términos legales para garantizar una mejor protección de las libertades periodísticas respetando al mismo tiempo los imperativos legales.
Un entorno mediático dominado por el miedo
En los últimos años, varios medios de comunicación han sido suspendidos, lo que ha provocado protestas entre los defensores de la libertad de expresión. Allá Federación Internacional de Periodistas (FIP)había pedido a la Alta Autoridad del Audiovisual y de la Comunicación (Haac) que revocara su decisión de cerrar los canales de televisión. E-Télé, Sikka Tv y Edén TV y la radio Sol Fm ocurrió el 28 de noviembre de 2016. El politólogo Oswald Padonou Se mostró alarmado en 2021 por el deterioro de la situación de los medios de comunicación en Benín, que había caído diecisiete puestos en el ranking de libertad de prensa de 2020 elaborado por Rsf.
“Cinco periodistas fueron detenidos, procesados y condenados por” acoso a través de comunicación electrónica » entre 2016 y 2021. Antes que ellos, otro ya había sido condenado en 2019 por, se dice, haber sacado de contexto los comentarios del entonces fiscal especial de Criet. Otro periodista será condenado en 2023 a doce meses de prisión por difundir información falsa, tras la publicación de una investigación sobre supuestas ejecuciones extrajudiciales por parte de la policía. “ En teoría, los periodistas y los medios de comunicación son libres de cubrir todos los temas de interés público. Pero en realidad, en los últimos años el gobierno ha fortalecido su control sobre el sector. », escrito RSF en su página web en marzo de 2024.
La autocensura resultante repercute en la calidad y diversidad de la información. Se evitan temas delicados, en particular los relacionados con la gestión de los asuntos públicos o los derechos humanos, por temor a represalias. Esto priva al público del derecho a la información crítica, esencial para la formación de una opinión informada. Con un pasado envidiado por muchos, Benin tiene las herramientas necesarias para fortalecer su reputación de libertad de prensa. Sin embargo, esto requiere una voluntad política real y un compromiso colectivo para preservar este pilar esencial de la democracia.