Habríamos prescindido de ella, pero una cosa se prometió y una cosa se debe: pronto aumentará el uso de la autopista. Y lamentablemente no estamos hablando sólo del precio de las tiendas de conveniencia, revisado al alza el 1 de diciembre, sino también del precio de los peajes. Si hace unas semanas pudimos comprobar que en 2023 los automovilistas franceses gastaron una media de 186,42 euros en peajes, un aumento del 10,5% desde 2019 (172 euros), el año que viene debería ser un poco más. Pero la buena noticia es que apenas debería ser visible. De hecho, según nuestros compañeros del periódico El parisino, El aumento de las barreras de las autopistas previsto para el 1 de febrero de 2025 sería sólo del 0,92%. Mientras que en 2024 y 2023 fue del 3% y 4,75% respectivamente. Y, sobre todo, es muy inferior a las previsiones que ya preveían un aumento del 5%. ¡Uf!
¿Un respiro a corto plazo?
Como precisa el diario, este aumento del 0,92% es una media y variará según las compañías de autopistas: +0,77% en Cofiroute, ASF y Accota, +0,85% en Sanef, +1,08% en APPR, +1,10% en AREA y +1,14% en SAPN. Si estos aumentos son, en promedio, inferiores a la inflación, y “es una buena noticia para el poder adquisitivo de los franceses”, como precisó el Ministro de Transportes, François Durovray, es porque el Estado salió vencedor de las negociaciones.
Pasar por la caja
De hecho, este año el gobierno, al que las empresas de autopistas deben presentar sus aumentos en el marco de la evolución anual de las tarifas de peaje, tuvo la ventaja: se acerca el fin de las concesiones. 2031 para las autopistas del norte y del este. 2036 para la mayoría de los demás. La hipotética renovación actuó, por tanto, como una espada de Damocles. Pero el respiro podría durar poco porque Se ha votado un nuevo impuesto sobre las infraestructuras de transporte de larga distancia, con el objetivo de financiar su transición ecológica.. Ha sido atacado por las empresas de autopistas y, por tanto, aún no ha entrado en vigor. Pero el día que esto suceda, debería reflejarse rápidamente en el precio de los peajes. Y a pesar de los superbeneficios de las empresas de carreteras, ¡es el automovilista quien tendrá que pagar!