Las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) llevaron a cabo el sábado 30 de noviembre de 2024 la entrega de 40 exrehenes de las fuerzas rebeldes ADF a la sociedad civil, como parte de un proceso de reintegración. Entre los liberados se encuentran 20 menores entregados a la MONUSCO y 11 adultos puestos a disposición de representantes de la sociedad civil. Esta operación forma parte de tres años de operaciones conjuntas de las FARDC y las UPDF contra las FDA en la región de Beni y en parte de la provincia de Ituri.
“De los 23 menores, hay 7 Mayi-Mayi. Esto demuestra que ni siquiera los grupos armados nos ayudan. Estos Mai-Mai, estaban en el grupo mal llamado wazalendo para decirte que esta gente también está cometiendo crímenes de guerra. Porque el hecho de utilizar niños, menores de edad en grupos armados, es un delito que estamos condenando. Las personas que presentamos hoy se encuentran entre los frutos de operaciones conjuntas. Corresponde a la sociedad civil guiar a los adultos para que puedan regresar a sus entornos naturales”, afirmó el teniente coronel Mak Hazukay, portavoz de las operaciones de Sokola 1 Grand Nord.
El portavoz militar afirmó que el ejército sigue decidido a erradicar el fenómeno ADF, que sigue azotando a la población con incesantes ataques. Según él, el balance real de las operaciones llevadas a cabo durante los últimos tres años se medirá a través de los testimonios de la población, que describe una vuelta a la vida normal en las zonas anteriormente bajo control de los rebeldes.
Maître Pépin Kavotha, presidente de la sociedad civil de Beni, pidió a la comunidad que acoja a estos ex rehenes, que se vieron obligados a unirse al enemigo. Destacó que merecen una vida pacífica y digna, como cualquier otro ciudadano congoleño, después de haber sufrido las consecuencias de los conflictos.
Las operaciones conjuntas de las FARDC y las UPDF tienen como objetivo erradicar completamente a las FDA, que siguen generando una inseguridad alarmante en las regiones de Beni y Mambasa. A pesar de la presión ejercida sobre los rebeldes, que les empuja a emigrar hacia el este de Kivu del Norte, los ataques contra la población en las carreteras Mbau-Kamango y Eringeti-Kainama siguen siendo preocupantes.
La Operación Shujaa, que entra en su cuarto año, muestra signos de progreso, pero persisten los desafíos. Las FARDC y las UPDF están trabajando para estabilizar el este del país, pero la inseguridad sigue pesando sobre las poblaciones locales, dejando un clima de incertidumbre. Los llamamientos de la comunidad internacional para intensificar los esfuerzos para combatir la inseguridad aún no han dado lugar a respuestas concretas, lo que ilustra la necesidad de una mejor coordinación y mayores recursos.
Josué Mutanava, en Goma.