El 24 de septiembre de 2023 se produjo un acontecimiento histórico en el campo de la exploración espacial cuando la NASA devolvió con éxito a la Tierra muestras de asteroides recogidas por la sonda OSIRIS-REx. Después de un viaje de siete años a través del Sistema Solar, esta histórica misión recuperó aproximadamente 120 gramos de regolito carbonoso prístino del asteroide cercano a la Tierra Bennu.
Recogiendo muestras del asteroide Bennu
La mision OSIRIS-REx fue lanzado con el objetivo de recolectar muestras de Bennu, un pequeño asteroide de tipo B conocido por su composición rica en carbono y su proximidad a la Tierra. Después de varios años de observaciones y preparación, la sonda espacial utilizó su mecanismo de adquisición de muestras Touch-and-Go (TAGSAM) para tomar muestras de regolito de un sitio particularmente prometedor, el cráter Hokioi de Bennu, también conocido como el nombre del sitio Nightingale.
Luego, las muestras recuperadas se empaquetaron cuidadosamente en una cápsula especial y se regresaron a la Tierra el 24 de septiembre de 2023. Ahora representan la mayor reserva de material de asteroide inalterado jamás recuperada, lo que brinda a los científicos una oportunidad única de estudiar materiales que no han sido modificados por el La atmósfera terrestre u otros procesos.
Descubrimientos científicos e implicaciones.
Los análisis iniciales de las muestras revelaron componentes esperados como carbono y agua, confirmando hipótesis sobre la composición de Bennu basadas en observaciones previas. Sin embargo, un descubrimiento inesperado cautivó la atención de los investigadores: la presencia de fosfato de magnesio y sodioun compuesto iónico a menudo asociado con procesos bioquímicos vitales en la Tierra.
La presencia de este fosfato en Bennu sugiere orígenes potencialmente acuosos del asteroide, lo que plantea dudas sobre su historia y evolución. Los filosilicatos que contienen magnesio, identificados como los principales constituyentes de las muestras de regolito, también ofrecen pistas sobre las condiciones geológicas en las que Bennu se formó y evolucionó con el tiempo.
Este descubrimiento sugiere que El cuerpo parental de Bennu era un objeto lleno de agua., que abre nuevas perspectivas sobre los procesos geológicos y químicos que dieron forma a este distante asteroide. Este cuerpo podría haber sido un objeto celeste primitivo, probablemente hecho de materiales de la nube de gas y polvo a partir de la cual se formó nuestro Sistema Solar.
Estos descubrimientos abren nuevas perspectivas para la investigación espacial, proporcionando datos cruciales sobre los procesos de formación del Sistema Solar y la química prebiótica que podrían haber contribuido a las condiciones favorables para el surgimiento de la vida en la Tierra. También destacan la importancia de las misiones de retorno de muestras para nuestra comprensión de los asteroides y para nuestra preparación ante posibles amenazas cósmicas.