¿Es la desigualdad una injusticia? ¡La mejor copia es la de Xavier! 20/20

¿Es la desigualdad una injusticia? ¡La mejor copia es la de Xavier! 20/20
¿Es la desigualdad una injusticia? ¡La mejor copia es la de Xavier! 20/20
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¡Aquí está la mejor reflexión recibida de nuestra amable comunidad que todavía está pensando y es muy tranquilizadora! El tema está bien planteado, el análisis siempre humanista y atento sin negarse a decir las cosas.

Por tanto, no puedo dejar de compartir con vosotros y con su acuerdo su “obra” filosófica que os invito también a comunicar y transmitir a los más jóvenes y a los estudiantes de vuestro entorno.

Así debatimos, así podemos pensar con matices y por tanto con inteligencia.

En realidad, pensar bien supone mucho trabajo. Esto es lo que llamamos formación intelectual.

Verás también que estas reflexiones y este texto nos acercan a la parábola de los talentos.

¿Es la desigualdad una injusticia?

Definiciones

La igualdad es de dos órdenes:

• Igualdad de accidentes

Dos individuos tienen la misma propiedad física, el mismo peso, el mismo número, la misma forma, la misma ubicación, etc. Esta es una relación de cantidad. Es adecuado para igualdades aritméticas.

• Igualdad de sustancia

De la misma naturaleza: dos individuos de la misma naturaleza tienen idéntica dignidad. Esta es una relación de ser.

Justicia significa dar a cada uno lo que le corresponde.

(La injusticia es todo lo contrario).

Es evidente que dos individuos nunca son iguales por accidente (la materia en que se basa su naturaleza sería, en caso necesario, confusa, lo cual no es posible).
Por otra parte, parece en el orden de las cosas que dos seres de la misma naturaleza tengan la misma dignidad. Hay, pues, igualdad de sustancia debido a la naturaleza que les es común.

Tomemos un ejemplo:
Comparemos la igualdad de dos teléfonos: uno de 2010 y otro de 2024. Tienen igualdad en sustancia, pero no por casualidad. Es obvio que el segundo teléfono tiene más potencia informática que el primero. Sin embargo, ambos son tan telefónicos como el otro: en realidad tienen la misma naturaleza.

Aunque ninguno de los teléfonos tiene más sustancia “digna” que el otro, es muy justo esperar que el teléfono 2024 tenga mayores capacidades y rendimiento que el teléfono 2010.
Por tanto sostenemos que hay dos niveles de igualdad, pero una sola justicia. Dado que el teléfono 2024 tiene más capacidad, se espera que tenga un mejor rendimiento. Devolver
a cada uno lo que le corresponde, por tanto, conforme a sus disposiciones.

Igualdad entre los hombres
Por tanto, dos hombres son siempre iguales en el orden de la dignidad, pero no en el orden material, porque necesariamente presentan rasgos diferentes y tienen personalidad propia.
Lo mismo ocurre con las diferencias entre hombres y mujeres. Evidentemente existen diferencias como la capacidad de tener hijos o diferencias en la fuerza física.
Estas diferencias físicas de ninguna manera les quitan la naturaleza común que comparten: la naturaleza humana.

Por tanto, son iguales en dignidad. Esta igualdad en dignidad implica que tienen derechos y deberes acordes con la moral y la justicia.

Respuesta
La desigualdad de accidente no influye en la igualdad de sustancia.
Por otro lado, las desigualdades accidentales generan un bien mayor, el de estar abierto a la vida –en un sentido amplio: la capacidad de actuar por uno mismo. De hecho, hemos visto más bien que no es posible que dos individuos compartan exactamente los mismos accidentes, ya que, en principio, estos accidentes definen la individualidad.
Así, es fácil comprender que la noción de justicia no se aplica en los accidentes de la persona, sino por el contrario, tomando en consideración toda su naturaleza: su sustancia.
Por tanto, comprendemos rápidamente que las desigualdades de accidente permiten la vida de la sustancia, que es un orden mayor de justicia. Por ejemplo, sería injusto que un hombre no pudiera vivir…

Si queremos verdadera justicia, parece entonces que no debemos borrar las diferencias que distinguen a los individuos de una misma naturaleza, sino por el contrario tomarlas en consideración para que cada uno realice su vida según las disposiciones que tiene. para que todos alcancen la misma dignidad que les corresponde.

Así, es profundamente injusto pedirle a una mujer que sea hombre, a un aprendiz que tenga los mismos atributos que su maestro, a un hombre pobre que tenga los mismos recursos que un rico. Asimismo, sería profundamente injusto que una persona rica no ofreciera más recursos a los pobres (empleo, etc.) para ayudarlos a salir de su condición. Donde sería igual de injusto que una persona capaz ganara tanto sin trabajar como una persona menos capaz que trabaja.

La justicia consiste en pedir lo que está de acuerdo con la disposición de la persona. “A quien mucho se le ha dado, mucho se le exigirá, y a quien mucho se le ha confiado, más se le exigirá. » (San Lucas, 12:48)

Solución
¿Es la desigualdad una injusticia?
No, porque no podemos culpar a la desigualdad de ser la fuente de la injusticia.
En primer lugar, observemos que la desigualdad de sustancia entre dos individuos de la misma naturaleza no tiene significado. Porque, por definición, si tienen la misma naturaleza es porque son iguales en sustancia. La ideología que considera que individuos de la misma naturaleza no tienen la misma dignidad se llama racismo, de donde surge el nazismo.
En cuanto a la diferencia de naturaleza entre dos individuos (ej: un puerro y un pez dorado), no podemos considerarla como una injusticia ya que los dos seres no tienen el mismo propósito. Tienen un fin acorde con su predisposición (el puerro crece en la tierra y el pez crece en el agua). ️
Lo mismo ocurre con la justicia entre individuos de la misma naturaleza cuyas diferencias les llevan a su fin.
Podemos, por tanto, adoptar dos posiciones: una que considera las diferencias como una injusticia y la provoca; el otro que considera las diferencias como necesarias para el ejercicio de la justicia.

1. Al buscar borrar las desigualdades (accidentales), nos relacionamos con el caso de una ideología que las considera una desigualdad de sustancia. En efecto, si buscamos borrar las diferencias es porque asumimos que la persona no es digna de ser lo que es, que sería más digna de ser según otra visión que le proyectemos. Así, queremos modificar al individuo para que corresponda a la imagen.
que queremos tener.
Ésta es la esencia de la lucha LGBT: permitir a cada uno la libertad de convertirse en lo que quiera, sin intentar saber si su naturaleza tiende hacia una determinada perfección. Las diferencias son entonces insoportables a sus ojos porque muestran los límites de su pensamiento: por ejemplo, el hecho de que la mujer dé a luz y no el hombre demuestra que no elegimos lo que somos según la única buena voluntad de nuestra voluntad. Borrar la diferencia entre hombres y mujeres les permite entonces justificar que elegimos independientemente de la realidad ser lo que queremos. Asimismo, una ideología que consistiría en normalizar a todos los seres humanos generaría
injusticia, ya que, por ejemplo, sería injusto quitarle a un deportista estas capacidades que él mismo no ha elegido de todos modos.

2. O bien se tiene en cuenta la desigualdad para adaptar los requerimientos y expectativas del individuo según sus disposiciones. De esta manera, la persona es considerada simplemente tal como es. Esta visión por sí sola hace posible lograr un mayor orden de justicia. Es también vector de caridad, humildad y otras virtudes. En definitiva, ¡es un vector de vida!

Así, la verdadera justicia necesariamente tiene en cuenta las desigualdades de los accidentes para llevar a los individuos a la misma dignidad, ¡trayendo con esta misma dinámica un orden mucho mayor en las cosas! Al buscar esta sana justicia, fluyen mayores bienes que el simple logro de la justicia buscada.

1 En la filosofía realista (Aristóteles, Santo Tomás de Aquino), cada objeto es una sustancia y un accidente. El accidente designa todos los aspectos físicos de un objeto (forma, peso, tamaño, propiedad química, etc.). La substancia por su parte designa la naturaleza individual del objeto. Esto es lo que hace que dos calabacines sean iguales en tamaño. naturales (ambos son tan calabacines como el otro), pero tienen diferentes accidentes (diferentes tamaños, gramajes, colores, etc.).
2 “Es un acto de justicia dar a cada uno lo que soy”, Santo Tomás de Aquino, Somme de Théologie, Segunda segundos, q61, a1.

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