Empresarios tecnológicos, inversores belgas, políticos: todos están encantados con la operación financiera que permitió valorar Odoo en cinco mil millones de euros. Pero el bien que Odoo hace por Bélgica va más allá de su condición de quíntuple unicornio y de los 1.200 empleados belgas a bordo.
Orgullo de los ecosistemas empresarial, empresarial y tecnológico belga desde hace varios años, Odoo ha alcanzado un nuevo nivel tras una importante operación financiera. Varios accionistas, entre ellos Noshaq y Wallonie Entreprendre, revendieron parte de sus acciones a grandes nombres del negocio internacional: en particular CapitalG – el fondo de Alphabet (empresa matriz de Google) – y Sequoia Capital. Esta operación, valorada en 500 millones de euros, regala a Odoo nada menos que 5 unicornios (un unicornio es una empresa de tecnología que no cotiza en bolsa y vale mil millones, nota del editor). Nada del todo sorprendente para una empresa que cuenta con más de 13 millones de usuarios en todo el mundo, y crece más de un 40% cada año. ¡Con el objetivo, según Fabien Pinckaers, fundador y principal accionista (56%), de alcanzar una facturación de mil millones de euros en 2027!
Si no se trata de una recaudación de fondos sino de una “simple” recompra de acciones, “es un reconocimiento del mercado y una fuerte señal de que estamos contentos y orgullosos”, reacciona Fabien Pinckaers. La llegada de estos nuevos accionistas prestigiosos no cambiará fundamentalmente la situación comercial de Odoo. “Seguimos siendo nuevos en el mercado”, admite el jefe y fundador. Por defecto, las grandes empresas recurren a SAP. Este tipo de operación nos da visibilidad y crédito”.
Mil millonesLa facturación (en euros) que Odoo espera registrar para 2027.
Pero no sólo Fabien Pinckaers y sus 5.000 empleados en todo el mundo están encantados con esta nueva valoración: Bélgica también se beneficia, en muchos otros niveles, del loco ascenso de Odoo.
Un presentador puramente belga
La empresa reivindica y cultiva sus raíces negras, amarillas y rojas. Fundada cuando Fabien Pinckaers era estudiante en Louvain-la-Neuve, Odoo siempre ha mantenido una oficina central en Valonia a pesar de los colosales desarrollos internacionales y 1.200 de sus 5.000 empleados permanecen aquí. Odoo ha vuelto a invertir en un nuevo edificio en Louvain-la-Neuve, además de las dos granjas “históricas” en Grand-Rosière. Para Fabien Pinckaers es natural: Bélgica tiene muchos talentos para una empresa que busca constantemente ingenieros y desarrolladores destacados.
De hecho, el producto todavía se desarrolla principalmente en nuestro país. “La I+D, que representa el 20% de nuestros presupuestos, se realiza casi únicamente en Bélgica, para un producto que afecta a todo el mundo”, insiste Fabien Pinckaers. Si bien la empresa también ha creado equipos de desarrolladores en la India, el corazón del desarrollo tecnológico se encuentra efectivamente en este país llano. Y si Fabien Pinckaers lucha constantemente por encontrar suficientes desarrolladores belgas, atrae a los del extranjero. “Representan más del 40% de nuestros compromisos con los desarrolladores en Bélgica”, nos dijo el jefe a principios de este año.
Un ecosistema alrededor de Odoo
El quíntuple unicornio belga se desarrolló gracias a una solución de código abierto, es decir, gratuita y abierta a la comunidad informática. Si Odoo vende licencias para su paquete de software, las PYMES generalmente necesitan ayuda para implementarlo. Y muchos especialistas en TI se han organizado para ofrecer estos servicios. Idealis, Niboo, Nalios, etc., cada vez se han formado más empresas en torno a Odoo para gestionar la implementación de estos productos dentro de las empresas. Este amplísimo ecosistema incluye empresas que revenden software Odoo, realizan integraciones y ofrecen diferentes servicios en torno a las soluciones comercializadas por el ampliaralgunos entran en relaciones contractuales con Odoo y otros no.
“Hay 330 empresas que emplean una media de 16 personas para trabajar exclusivamente en Odoo”, calcula Fabien Pinckaers. Pequeñas empresas asociadas, pero también grandes grupos, están desarrollando esta habilidad de Odoo para agregarla a sus servicios. Así, por ejemplo, el grupo NSI, que emplea a más de 2.000 personas, adquirió expresamente Nubeo este verano para duplicar sus equipos Odoo.
Según los cálculos de Fabien Pinckaers, además de sus equipos, al menos 5.000 personas trabajan en Bélgica gracias a Odoo o sus socios. “Al menos”, porque estas cifras sólo se refieren a proveedores reconocidos. A esto hay que sumar todos los desarrolladores informáticos con los que la firma no tiene contacto directo.
Además de sus equipos, al menos 5.000 personas en Bélgica trabajarían gracias a Odoo o sus socios.
Negocios en Bélgica
Odoo es ahora una empresa global ya que su software se utiliza en más de 200 países, desde India hasta Estados Unidos, incluidos todos los países de Europa y América del Sur. Se espera que su facturación alcance los 650 millones de euros en los próximos 12 meses, según estimaciones de la propia empresa.
Si Bélgica no va a generar sola esta cifra, Fabien Pinckaers insiste en que “38 millones de euros de ventas se realizan en Bélgica, a los que hay que sumar alrededor de 125 millones de euros de ventas en Bélgica en el extranjero pero facturadas aquí. Principalmente venta de licencias”.
Si en Bélgica se venden 38 millones de euros, los 125 millones que vienen del extranjero se facturan aquí.
Dinero valón… ¡para reinvertir!
Odoo vale cinco mil millones de euros. Del 10% de las acciones vendidas a nuevos participantes, una parte procede de los inversores valones Noshaq y Wallonie Entreprendre. Una gran operación para estos últimos, como nos confirma Olivier Vanderijst, jefe de WE. Se trata incluso del mayor valor añadido para el fondo público que había pagado más de 10 millones de euros para poseer el 8% de la empresa: “Odoo nos permitió generar nada menos que 175 millones de euros de plusvalía pura”.
Mucho dinero que, en teoría, podría reinvertirse en empresas valonas (tecnológicas o no). En el mejor de los casos porque, como señala un observador bien informado, “la Región siempre está pidiendo más dividendos, lo que significa que buena parte de este dinero podría volver a subir sin ser reinvertido”. Sobre todo porque, según esta misma fuente, “lamentablemente hay muy pocos proyectos tecnológicos en Valonia que justifiquen tales inversiones”. Especialmente desde principios de año, las grandes inversiones de Wallonie Entreprendre en nuevas empresas tecnológicas son mucho menores que antes.
Otro observador informado, por supuesto, acoge con satisfacción el importante valor añadido, al tiempo que aborda esta salida parcial del accionariado de Odoo: “Qué idea vender acciones de Odoo cuando la lista de inversores que quieren entrar es gigantesca. Esto bien podría ser un montón de tonterías (sic). Vender hoy también significa perder millones de euros potenciales dado que la valoración de Odoo sólo debería aumentar”. Aun así, los inversores también necesitan efectivo…
“Modelo a seguir”, pero no mafia
En el ecosistema tecnológico, los emprendedores observan a Odoo con gran admiración. “Es muy positivo que un emprendedor como Fabien Pinckaers tenga éxito cuando todo se crea en Bélgica, en Valonia, partiendo de la nada”, se alegra Philippe Van Ophem, emprendedor tecnológico en serie. Debe servir como modelo a seguir“.
La misma historia con Sébastien Deletaille, emprendedor en serie al frente de la start-up Rosa: “Lo que está haciendo Fabien es increíble e inspirador. Ganar dinero con el código abierto es particularmente complicado. Entonces es toda una hazaña. Pasará a la historia de los grandes empresarios belgas. Es innegable”.
Algunos, sin embargo, lamentan la ausencia del CEO y su falta de implicación personal en el ecosistema tecnológico, en los eventos y, especialmente, la ausencia de la “mafia Odoo”. En este contexto, el término mafia se refiere a la creación de una red de emprendedores y start-ups nacidas del negocio. Es decir, personas que se propusieron desarrollar una start-up gracias a su aprendizaje dentro de la empresa. Esta noción se observa bastante en Flandes (las mafias nacidas de Netlog o Showpad) y en Bruselas (mafia Skynet, mafia Riaktr). En esta etapa, este no es el caso de Odoo. “No existe ningún espíritu derivado dentro de Odoo”, nos dice un observador. Sin duda porque Fabien Pinckaers no busca perfiles de jóvenes emprendedores fundadores, sino buenos perfiles de empleados”.
¿Poner a Bélgica en el mapa?
Encantado por el enorme valor añadido ya adquirido para los inversores valones, Olivier Vanderijst, director de Wallonie Entreprendre, destaca también la calidad de los inversores internacionales atraídos por Odoo. Para él, esto no es baladí y es extremadamente positivo para el ecosistema belga. “La calidad de los inversores entrantes sólo puede ser beneficiosa para la influencia de la empresa, pero también para Bélgica y Valonia”.
Es posible que estos inversores estén interesados en invertir dinero en otras empresas del sur del país. Olivier Vanderijst señala a este respecto que otra empresa valona, CluePoints, especialista en el control de ensayos clínicos mediante tecnología digital, también ha podido contar con Summit Partners, como Odoo. “Es cierto, pero al mismo tiempo muy teórico”, subraya este especialista en inversiones. Fondos como AlphaG buscan las mejores empresas, independientemente de su ubicación”. Sobre todo porque, según nuestra información, los nuevos entrantes no tienen espacio en junta…
Digitalización de la economía belga
Desde hace algunos años no está en duda que la economía belga debe digitalizarse. Valonia lo ha entendido bien y lidera, a través de Digital Wallonia, campañas de sensibilización sobre este tema. También dedica presupuestos, en particular mediante subvenciones y controles a las empresas, a ayudar a las PYME en este sentido.
Odoo desempeña su papel transformando la forma en que operan las PYMES. Gracias a sus soluciones gratuitas o accesibles, más de 100.000 empresas belgas se benefician de sus herramientas. Por tanto, Odoo contribuye a gran parte de la digitalización de las pymes belgas. Mucho más que todas las políticas públicas puestas en marcha.