En el año 2000, el artista se propuso recopilar las mejores historias sobre el tema, las que le contaron durante sus peregrinaciones por el Marais Poitevin o más allá, las que le resultaron extrañas y singulares.
300 actuaciones
Para abordar este delicado tema, debe evocar muertes tiernas, crueles y divertidas, muertes pacíficas y muertes enojadas. Con el autor y director Wajdi Mouawad, imaginan un hilo dramatúrgico inspirado, que evoca un pueblo abandonado por todos sus habitantes, llevándose consigo todas sus posesiones, excepto sus muertos. Sólo quedaba difundir estas historias después de haberlas relajado durante numerosas vigilias.
En escena, en un escenario que evoca un cementerio iluminado por la luz de algunas linternas, se detiene en las lápidas, recorriendo el camino de todos: los ricos, los jóvenes, los pobres, los viejos, los raros, los olvidados, etc. . Con su irresistible descaro y humor, y también su humanidad, repara a los vivos y a los muertos. Como la muerte, este espectáculo es y seguirá siendo perfectamente atemporal.
Yannick Jaulin creó esta obra el 29 de febrero de 2000. La detuvo después de 300 representaciones. Un poco cansado de esta proximidad permanente a la muerte, hacía tiempo que quería volver a hacerlo a largo plazo. Tiene ese gusto por el repertorio que había dejado de lado para crear nuevas formas en torno a la oralidad, su lenguaje y algunos símbolos. Un espectáculo que se ha convertido en un clásico.
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