Día Mundial del Refugiado: no olvidemos a los rohingya

Día Mundial del Refugiado: no olvidemos a los rohingya
Día Mundial del Refugiado: no olvidemos a los rohingya
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En agosto de 2017, setecientos mil rohingya llegaron al distrito de Cox’s Bazar, en el vecino Bangladesh. Un éxodo masivo en apenas unas semanas, precipitado por el aumento de la persecución contra ellos. Siete años después, Cox’s Bazar alberga a casi un millón de refugiados.

“En estas colinas superpobladas, con un terreno a menudo irregular, los dispositivos de accesibilidad son limitados. En los campos, las simples tareas diarias se convierten en enormes desafíos”denuncia Farhana Akhter, directora de proyectos de HI Bangladesh.

Las condiciones de vida son aún más difíciles para las personas con discapacidad, que representan el 12% de la población de refugiados.

“Agua, comida, atención médica… Las dificultades de acceso a servicios básicos para las personas con discapacidad acentúan sus dificultades cotidianas”continúa Farhana Akhter.

Desde 2017, HI ha trabajado junto a todos los actores humanitarios y en colaboración con las autoridades locales para apoyar a los grupos más vulnerables, incluidas las personas con discapacidad.

Sólo el año pasado, los equipos de HI en Bangladesh ayudaron a casi 32.000 personas con discapacidad.

110 profesionales de rehabilitación en los campamentos

Un equipo de 110 profesionales está presente diariamente en los campamentos para brindar apoyo a la rehabilitación. Estos servicios juegan un papel vital en la mejora de las capacidades funcionales, la prevención de complicaciones y la promoción de la independencia de estas personas. Son esenciales para personas amputadas o lesionadas que padecen diversas afecciones, entre ellas desnutrición, problemas respiratorios, lesiones cerebrales y otras patologías.

Entre estos beneficiarios se encuentra la pequeña Jannat Ara, de 6 años. Su madre, Fatema, explica a HI que dio a luz a Jannat poco después de llegar a Cox’s Bazar en 2017. El nacimiento, en su refugio, tras varios días de exilio en condiciones extremadamente peligrosas, fue especialmente difícil.

“Mi hija tenía parálisis cerebral. Antes de reunirse con los equipos de rehabilitación de HI, Jannat Ara no podía sentarse ni ponerse de pie. Mi pequeña se quedaba en mi habitación y dependía de nosotros para todas sus actividades diarias”explica Fátima.

Fortalecimiento muscular, ejercicios de coordinación y equilibrio, actividades lúdicas… Los equipos de HI también formaron a los padres de Jannat para que pudieran hacerle ejercicios diarios en casa y aumentar su autonomía. Los padres de Jannat también recibieron apoyo psicológico.

“Gracias a los ejercicios de respiración y al tiempo para conversar, logramos estar menos ansiosos, especialmente por las dificultades que enfrentaba nuestra hija. Cada vez nos sentimos más capaces de afrontar los momentos difíciles de nuestra vida diaria”confían.

“No podemos olvidar a los rohingya”

En términos más generales, este apoyo psicológico proporcionado por nuestros equipos es esencial porque las condiciones de vida extremadamente precarias, el aumento creciente de la inseguridad y la falta de perspectivas han desestabilizado profundamente a estas comunidades.

“No podemos olvidar a estas personas, la crisis rohingya no se puede olvidar… ¡Necesitan la ayuda de toda la comunidad internacional! »concluye Farhana Akhter.

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