La oportunidad fue genial. Frente al Le Havre, penúltimo de la Ligue 1 con siete derrotas en ocho partidos, el Nantes tuvo la oportunidad de resucitar. Pero sufrió una cuarta derrota consecutiva (0-2), en un partido marcado por el enfado de la afición canaria. Algunos de ellos incluso intentaron invadir el terreno de juego en el tiempo añadido, cuando el resultado del partido parecía decidido, lo que llevó al árbitro a interrumpir el partido.
Esperando un rato frente a sus banquillos, los jugadores fueron conducidos a los vestuarios. Después de una interrupción de 30 minutos, el partido se reanudó en un ambiente gélido y la gran mayoría de los espectadores abandonaron el estadio. Los tres minutos restantes, sin interés, confirmaron la victoria del Le Havre y el bajón del Nantes. Con este noveno partido consecutivo sin victoria, Canarias está en la 16ª posición, con los mismos puntos que el Angers, 17º y derrotado hasta el último momento en el Auxerre (0-1).
La afición lo había anunciado antes del partido, necesitaba la victoria o nada para no hundirse. Nos vinieron a recordar esto pancartas asesinas contra el club, contra todo el club. “Desde la dirección hasta los jugadores, sois sólo turistas. Bienvenidos al Football Club Med de Nantes”, se podía leer en las gradas del Nantes.
Los hombres de Antoine Kombouaré fueron entonces advertidos. Pero en el tercer minuto de juego, Josué Casimir vino a colmar a Beaujoire abriendo el marcador tras heredar un balón devuelto por Alban Lafont. En el minuto 23, el papel higiénico y las pelotas de tenis arrojadas detrás de la jaula se mezclaron con las pancartas de la grada del Loira.
En el terreno de juego, los habitantes de Nantes se defendieron tardíamente. A pesar de algunas oportunidades para Canarias, el equipo de Le Havre es mucho más peligroso. Y el dominio de los visitantes se deja sentir al regresar del vestuario, cuando destacan Issa Soumaré y luego Steve Ngoura. Este último duplicará la ventaja del HAC en el 74, su disparo desviado por Fabien Centonze se introducirá en la pequeña portería de Lafont.
Por el contrario, la mala suerte se sumó a la desgracia del Nantes cuando Johann Lepenant estrelló el balón en el minuto 80. Arthur Desmas hizo el trabajo en sus jaulas, hasta el tiempo añadido en la segunda mitad. Fue entonces cuando la afición empezó a querer entrar al campo, mientras otros ya cantaban: “Vamos a la Ligue 2”.