El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, pidió el domingo en Beirut un “alto el fuego inmediato” en la guerra entre Israel y el Hizbulá libanés, que no cesa.
Un día después de una jornada de bombardeos israelíes particularmente mortíferos en el Líbano, dirigidos principalmente al corazón de Beirut, Hezbolá indicó el domingo que había disparado drones y misiles contra objetivos militares en Tel Aviv y el sur de Israel.
En Israel, las sirenas de alerta de cohetes sonaron en el norte y el centro del país, particularmente en los grandes suburbios de Tel Aviv, dijo el ejército, informando de decenas de proyectiles disparados desde el vecino Líbano, algunos de los cuales fueron interceptados.
Por su parte, el ejército libanés anunció que uno de sus soldados había muerto y 18 habían resultado heridos, algunos de ellos de gravedad, en un ataque israelí contra su posición en el sur del Líbano, bastión de Hezbolá en la frontera con el norte de Israel.
“Sólo vemos un camino posible: un alto el fuego inmediato y la plena aplicación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU”, afirmó Borrell tras sus conversaciones con el primer ministro Najib y el jefe del Parlamento, Nabih Berri.
– “Al borde del colapso” –
La resolución 1701, que puso fin a la guerra anterior entre Israel y Hezbollah en 2006, estipula que sólo el ejército libanés y las fuerzas de paz de la ONU se desplegarán en la frontera sur del Líbano. Esto implica una retirada de Hezbolá, pero también la de los soldados israelíes que llevan a cabo una ofensiva terrestre allí desde el 30 de septiembre.
“Debemos presionar al gobierno israelí y mantener la presión sobre Hezbollah para que acepte la propuesta de alto el fuego de Estados Unidos”, dijo Borrell.
La propuesta de 13 puntos, que exige una tregua de 60 días y el despliegue del ejército en el sur del Líbano, fue discutida por el enviado estadounidense Amos Hochstein, quien viajó a principios de esta semana entre el Líbano e Israel.
Pero no se anunciaron resultados y el ritmo de los ataques israelíes, principalmente contra los bastiones de Hezbolá en el Líbano, se aceleró después de su misión.
“En septiembre vine y todavía tenía la esperanza de poder evitar una guerra abierta de Israel contra el Líbano. Dos meses después, el Líbano está al borde del colapso”, añadió Borrell.
– “No arrastren a Siria” –
Israel dice que quiere poner fuera de peligro al Hezbollah libanés y al Hamas palestino, aliados de Irán, su enemigo. Prometió destruir a Hamás tras el ataque sin precedentes de este movimiento islamista en su suelo el 7 de octubre de 2023, que desató la guerra en Gaza, y busca detener el lanzamiento de cohetes de Hezbolá sobre su territorio.
El 8 de octubre de 2023, Hezbollah abrió un “frente de apoyo” para su aliado palestino, objetivo de una ofensiva de represalia israelí en Gaza.
Después de un año de violencia transfronteriza y de haber debilitado a Hamás en Gaza, Israel trasladó el centro de sus operaciones al Líbano lanzando a partir del 23 de septiembre una intensa campaña de bombardeos contra los bastiones de Hezbolá.
De visita en Damasco, el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Otto Pedersen, consideró “extremadamente importante” poner fin a las guerras en el Líbano y Gaza para evitar que “Siria se vea arrastrada aún más al conflicto”.
– Al menos 11 muertos en Gaza –
En el frente sur de Israel, en la asediada y devastada Franja de Gaza, el director del hospital Kamel Adwan, Hossam Abou Safiyeh, en el norte del territorio palestino, resultó gravemente herido en un ataque nocturno con drones contra el establecimiento, y 11 habitantes de Gaza murieron en Ataques israelíes, según la Defensa Civil local.
Este hospital es uno de los últimos que todavía funciona parcialmente en el territorio palestino, afectado por una catástrofe humanitaria.
Considerada una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, Hamás tomó el poder en Gaza en 2007, dos años después de la retirada de Israel de este territorio que ocupó durante 38 años.
En respuesta al ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, Israel lanzó una devastadora ofensiva militar en Gaza que dejó al menos 44.211 muertos, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud de Hamás, considerados fiables por la ONU.
El ataque del 7 de octubre provocó la muerte de 1.206 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales, incluidos rehenes asesinados o fallecidos en cautiverio. Ese día, 251 personas fueron secuestradas, 97 de las cuales permanecen como rehenes en Gaza, de las cuales 34 fueron declaradas muertas por el ejército.