Hace más de diez años, el LOSC ganó la Copa de Francia, su primer trofeo en cincuenta y seis años. Según otra versión de la historia, esto nunca podría haberse planteado. Entonces ese es el multiverso.
“Un tiro libre legendario”así describe la unidad de comunicación LOSC el misil lanzado por Ludovic Obraniak a las jaulas parisinas el 14 de mayo de 2011. Este logro, que quedará para siempre en la memoria de los habitantes de Lille, nunca podría haber quedado registrado en debido a la elecciones tácticas tomadas por Rudi García.
“El once inicial era a menudo el mismo y lo sabíamos, pero en esta final Flo’ (Balmont) está ausente. Está herido. Entonces, para mí, jugaré en un ambiente de tres bandas con Yo’ (Cabaye) y Rio (Mavuba). Hablamos, se desarrolla la presentación de diapositivas y sale la composición. Estoy buscando mi nombre y no lo encuentro. Veo a Idrissa (Gana Gueye) que inicia el partido. Soy un reemplazo. Algo surge dentro de mí. Lo viví como una injusticia dado el papel de bromista que había tenido durante toda la temporada. Me levanté y me fui en medio de una charla”confiesa Ludovic Obraniak, X factor durante este último y prestigioso invitado de la unidad de comunicación de LOSC en el cine Templeuve en un formato publicado pocos días antes del 80 aniversario del club.
“Si me hubiera perdido ese momento, me habría culpado por ello toda mi vida”
El internacional polaco recuerda: “Estoy tan enojado que llamo a un taxi, quiero irme. En mi opinión, no quería jugarla (la final) e irme. Flo’ me vio y corrió con Pierrot (Pierre Alain-Frau). Vienen tocando a la puerta de mi habitación. Estoy haciendo la maleta, me iba a ir. Me dejaron boquiabierto, diciéndome que era un pequeño imbécil, egoísta, que sólo pensaba en mí mismo, que no tenía derecho a arruinar el trabajo del equipo y que quizás nunca más viviría una final. Logran convencerme para que me quede y todos hacen como si nada.. Cuando subo al autobús, el taxi está ahí, aparcando. Actúo como si nada hubiera pasado. Estaba haciendo una mueca, es imposible”sonríe hoy.
Ludovic Obraniak estuvo presente en esta final y su enfado también: “Durante el primer período traté de canalizar ese enfado, porque todavía estaba convencido de que debería haber empezadoexplica.
Estoy calentando en el entretiempo, así que creo que volveré bastante rápido, pero el tiempo se acaba y no pasa nada. Estaba en llamas. Llega el minuto 89. Yo solía (en un tiro libre) apuntar al segundo palo un poco así.
Para ser honesto, lo golpeé un poco fuerte. En última instancia, ella se deja llevar por la emoción. Estoy tan aturdido que este globo se deja llevar por las emociones del día”y sacudió las redes para ofrecer la victoria al LOSC (0-1) y el título de la Copa de Francia.
“Si me hubiera perdido ese momento, me habría culpado por el resto de mi vida. Les estaré eternamente agradecido (Florent Balmont y Pierre-Alain Frau). […] Me gustaría revivirlo, pagaría por revivirlo”concluye Ludovic Obraniak, una figura notable en la historia moderna del LOSC.