Desde el sábado, California sufre el mayor incendio del año, lo que hace temer un verano peligroso, después de dos años muy lluviosos que han aumentado la vegetación que ahora podría actuar como combustible, según los especialistas.
El “Post Fire” estalló en la zona rural de Gorman, a poco más de una hora en coche al noroeste de Los Ángeles. Quemó más de 5.900 hectáreas en dos días y provocó la evacuación de 1.200 personas, según las autoridades.
El lunes por la mañana solo estaba contenido en un 8%, a pesar de los esfuerzos de 1.150 bomberos, según el último boletín de las autoridades.
El fuego, que se propagó muy rápidamente debido a los fuertes vientos, consumió principalmente grandes superficies de matorrales y pastizales en esta región montañosa. Por lo general, las casas se han salvado hasta ahora.
Este gran incendio, iniciado a mediados de junio, podría ser el anticipo de una intensa temporada de incendios en California. Sobre todo porque durante el fin de semana se produjeron una quincena de pequeños incendios en todo el estado.
“En julio probablemente tendremos una temporada de incendios muy activa, especialmente en altitudes bajas”, advirtió el lunes el climatólogo Daniel Swain, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
El estado vivió “dos inviernos lluviosos consecutivos”, lo que favoreció el “crecimiento” de una vegetación especialmente densa, afirmó. Al secarse a medida que se acerca el verano, esto “ofrece más biomasa para quemar en posibles incendios”.
En conjunto, los últimos dos años han sido los más lluviosos registrados en Los Ángeles, según el Servicio Meteorológico de Estados Unidos.
Las primeras olas de calor de esta temporada en el oeste americano hacen temer ahora un rápido secado de la vegetación.
A principios de junio se alcanzaron récords estacionales de temperatura en esta parte del país. El mercurio alcanzó en particular los 44°C en Las Vegas (Nevada) y los 50°C en el Valle de la Muerte (California), niveles sin precedentes para finales de primavera.
El resto de Estados Unidos también está experimentando señales alarmantes: el centro y el este del país se preparan para afrontar esta semana una ola de calor asfixiante, con temperaturas anormalmente altas para el mes de junio.
Según los científicos, estas repetidas olas de calor son un marcador inequívoco del calentamiento global y se espera que se multipliquen, duren más y se intensifiquen.
Los especialistas también creen que las temperaturas anormalmente altas en el período previo al verano pueden ser un presagio de un verano sofocante.
