► ¿Cuál es la naturaleza del incidente?
El lunes 18 de noviembre se cortaron dos cables de telecomunicaciones en el fondo de las aguas del Báltico. El primero une Alemania y Finlandia, mientras que el segundo deja Lituania hacia Suecia. Ambos equipos resultaron dañados en el mismo lugar, en la zona económica exclusiva sueca, al este de la isla de Öland.
Alemania y Finlandia se toman muy en serio el suceso: en una declaración conjunta, las ministras de Asuntos Exteriores de ambos países, Annalena Baerbock y Elina Valtonen, indican que se está llevando a cabo una investigación y señalan a Rusia. “Nuestra seguridad europea no sólo está amenazada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania sino también por las guerras híbridas emprendidas por actores malintencionados”escriben.
“Nadie cree que estos cables se hayan cortado por accidente. Debemos asumir que esto es un sabotaje”.comentó el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius.
► ¿Qué importancia tienen los cables en cuestión?
Los dos cables cortados son de fibra óptica y se utilizan para transportar datos a alta velocidad. El más largo de los dos va desde Helsinki a Rostock, en el norte de Alemania. Pertenece al operador finlandés Cinia. Tiene una longitud de 1.172 km.
Este cable, que lleva el nombre C-Lion1, se instaló en 2016. El director de Cinia, Ari-Jussi Knaapila, consideró que una rotura similar “no puede ocurrir sin un evento externo” y por tanto no debe nada a causas naturales. Sin embargo, en Finlandia no se observó ninguna interrupción de Internet. La empresa precisa que un buque de reparación se desplazará al lugar. “Aún no se conoce el tiempo de reparación, pero en el caso de los cables submarinos suele ser de cinco a quince días”dice ella.
El segundo cable en cuestión conecta Lituania y Suecia y pertenece al principal operador de telecomunicaciones lituano, Telia Lietuva AB. Su director técnico, Andrius Semeskevicius, también considera que el incidente no puede ser accidental. Le dijo a la televisión lituana: “Es obvio que no se trataba de la caída del ancla de un barco. »
► ¿Por qué Alemania y Finlandia hablan de un acto de “guerra híbrida”?
El Mar Báltico se ha convertido en una zona de tensión entre Rusia y los países escandinavos desde el inicio de la guerra en Ucrania. Rusia tiene allí un frente marítimo con el puerto de San Petersburgo y con el enclave de Kaliningrado. Suecia y Finlandia se unieron a la OTAN tras el inicio del conflicto, por lo que ahora todos los países vecinos forman parte de la Alianza Atlántica, excepto Rusia. Sin embargo, pretende preservar su libertad de navegación y está intensificando las maniobras agresivas para poner a prueba el sistema de defensa de la OTAN.
Por ello, a principios de noviembre Suecia canceló 13 proyectos de parques eólicos a lo largo de sus costas en el Mar Báltico debido a su impacto en sus capacidades de defensa. Esta decisión se tomó tras un estudio realizado por las fuerzas armadas que demostró que estos proyectos podrían alterar los radares de defensa suecos.
Hace un año ya se había planteado la hipótesis de un sabotaje cuando el ancla de un barco cortó dos cables en el golfo de Finlandia. En 2022, dos explosiones destruyeron también el gasoducto Nord Stream, un acto de sabotaje cuyos autores aún se desconocen. Desde entonces, la protección de infraestructuras críticas que se encuentran en lo profundo del Báltico se ha convertido en una gran preocupación para todos los europeos.