Primavera podrida: piscinas al aire libre desiertas

Primavera podrida: piscinas al aire libre desiertas
Primavera podrida: piscinas al aire libre desiertas
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Un motivo de satisfacción a pesar de todo: la piscina Landeron es una especie de “institución”. Gracias a ello, la campaña de suscripción “funcionó bien”, se alegra Christophe Wüest.

Couvet como solución alternativa

En Boveresse, “hay gente que viene a nadar, incluidos algunos jóvenes, por la tarde en los días soleados”, indica Mathieu Séguéla, jefe del departamento de Cultura, Ocio y Deportes de Val-de-Travers. Sin embargo, reconoce que la asistencia se ve afectada por el mal tiempo. Cuando el tiempo es especialmente desfavorable, la piscina incluso se cierra y los abonados son redirigidos a la piscina del polideportivo Espaceval de Couvet, a la que pueden acceder de forma gratuita en estas circunstancias. En Boveresse, el agua se mantiene a 21 grados.

En Engollon, la asistencia también se considera “muy baja”. Philippe Bertholet, responsable de infraestructuras del municipio de Val-de-Ruz, indica que entre 700 y 800 personas han acudido a la piscina desde su inauguración el 18 de mayo, mientras que el lugar suele registrar unas 3.000 entradas durante una primavera más clásica. . Sólo los amantes de la mañana y los amantes del deporte se lanzan al agua. A pesar de todo, “intentamos en la medida de lo posible mantener los horarios de apertura”, especifica Philippe Bertholet. La piscina también se cubre por la noche para mantener la temperatura “entre 19 y 21 grados”, precisa.

Los restauradores también esperan el sol

La situación también es complicada para los propietarios de refrescos o restaurantes adyacentes a las piscinas. “Para ellos es aún peor. Pierden mucho”, estima Martin Barrette, director de las piscinas de Nid-du-Crô, ya que los bañistas limitan su presencia al mínimo estricto.

En Boveresse, una pareja se ocupa del catering. “Consiguen atraer gente trabajando mucho en la comunicación”, explica Mathieu Séguéla, jefe del departamento de Cultura, Ocio y Deportes de Val-de-Travers. El restaurante también puede permanecer abierto aunque la piscina esté cerrada.

Del lado de la piscina de Engollon, Pierre Varenne, al frente de la “Buvette chez Pierre”, no muestra demasiada preocupación. Según él, el inicio de temporada es bastante similar al de años anteriores. El propietario dice que puede contar con una clientela leal y solidaria, aunque la afluencia sea “un poco peor” debido al tiempo. Para compensar, Pierre Varenne reduce su plantilla: “Trabajo solo o en parejas en lugar de ser tres”, explica.

Todo el mundo confía en los meses de julio y agosto para salvar la temporada y espera que el sol llegue pronto. /sbm

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