Después de 1.000 días de guerra, Rusia, pero también Ucrania, vuelve a amenazar con recurrir a las armas.
Después de 1.000 días de una guerra que dejó cientos de miles de muertos y costó decenas de miles de millones de euros a ambos bandos, el conflicto entre Rusia y Ucrania parece estar lejos de terminar.
Desde el 24 de febrero de 2022, los países aliados de Kiev disponen de todo tipo de armas, hasta aviones de combate (F-16 y próximamente Mirage 2000-5). Estados Unidos acordó recientemente el uso de misiles de largo alcance para alcanzar objetivos en territorio ruso. Ahora el uso de armas nucleares está siendo discutido en Moscú y Kiev.
En caso de “ataques masivos”
El Kremlin afirmó el martes que ampliar las posibilidades de utilizar armas nucleares era una respuesta “necesaria” a lo que el presidente ruso, Vladimir Putin, considera “amenazas” provenientes de Occidente contra la seguridad de Rusia.
“Era necesario adaptar nuestras bases a la situación actual”, explicó el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, durante su rueda de prensa diaria.
En este contexto, Vladimir Putin firmó el decreto que amplía las posibilidades de uso de armas nucleares. El Kremlin cree que la posibilidad de recurrir a armas nucleares sería una respuesta “necesaria” en caso de “ataques masivos” de Occidente contra Rusia. Es evidente que Moscú no quiere en su territorio lo que está haciendo en Ucrania.
En los últimos días, Rusia ha llevado a cabo ataques mortales contra zonas civiles. Un ataque ruso con misiles dejó este lunes al menos diez muertos y 43 heridos, entre ellos cuatro niños, en Odesa, ciudad portuaria situada en el mar Negro, aunque alejada de la línea del frente. Según la Fuerza Aérea de Ucrania, los rusos dispararon un misil balístico Iskander-M contra Odessa. El proyectil fue derribado por la defensa antiaérea, pero sus fragmentos cayeron en una zona residencial.
Una bomba rudimentaria pero poderosa
Del lado ucraniano no hay amenazas oficiales. Por otra parte, un informe elaborado por el CACDS, un think tank ucraniano, para el Ministerio de Defensa ucraniano menciona el uso de la energía nuclear “si Donald Trump retira la ayuda militar estadounidense”. Publicado por el diario británico The Times, este documento analiza las capacidades de Kiev para desarrollar una bomba nuclear en unos meses.
“El país rápidamente podría construir un dispositivo simple basado en plutonio con tecnología similar a la de la bomba Fat Man lanzada sobre Nagasaki en 1945”, informa The Times.
La potencia de la bomba lanzada por los estadounidenses sobre Nagasaki en 1945 fue de aproximadamente 20 kilotones.
Según este informe, la decisión de utilizar esta bomba podría tomarse si el ejército ruso llegara a la ciudad de Pavlograd, cerca de Dnipro y a unos cien kilómetros de la actual línea del frente.
¿Es esta una medida de presión para alentar a Donald Trump a no recortar la ayuda o reducirla demasiado drásticamente?
Un riesgo estudiado por la OTAN
El riesgo nuclear ha sido estudiado por la OTAN desde el inicio del conflicto y el poder nuclear ruso habría incluso empujado a los aliados de Kiev a actuar con cierta cautela. Según el presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante Rob Bauer, esto fue lo que disuadió a la Alianza de lanzar una ofensiva contra Rusia enviando tropas a Ucrania.
“Combatir en Afganistán no es lo mismo que luchar contra los rusos en Ucrania. Los talibanes no tienen armas nucleares, los rusos sí las tienen”, recordó Rob Bauer hace unos días durante una cumbre sobre defensa en Praga.
“Estoy absolutamente seguro de que si los rusos no tuvieran armas nucleares, habríamos estado en Ucrania durante mucho tiempo persiguiéndolos. Seguramente lo habríamos hecho”, concluyó el almirante Bauer.
El riesgo nuclear sigue siendo alto. En un informe sobre armamentos, Greenpeace advierte a los europeos contra un error nuclear que podría provocar un enfrentamiento entre la OTAN y Rusia.
Según informes de Sipri, los países de la alianza muestran superioridad sobre Rusia en armas convencionales. Por otro lado, la OTAN y Rusia tienen el mismo poder nuclear. Los tres países miembros de la OTAN con disuasión (Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña) tenían 5.559 ojivas nucleares. Rusia tiene 5.580. Los dos adversarios tendrían así la capacidad de destruirse mutuamente.