Información clave
- Rusia está planeando un nuevo gasoducto hacia China a través de Kazajstán, con una capacidad estimada de 35 mil millones de metros cúbicos por año.
- Aunque el gas natural representa sólo el 2,8 por ciento de la combinación energética total de China, la demanda de gas natural en el país está aumentando debido a la demanda de calefacción urbana, la expansión industrial y una iniciativa nacional destinada a reemplazar los camiones diésel por GNL.
- El nuevo gasoducto sería crucial para que Rusia fortalezca sus vínculos con Beijing, pero es poco probable que China se vuelva dependiente únicamente del gas ruso debido a su papel estratégico a largo plazo en el mercado energético mundial.
Rusia planea construir un nuevo gasoducto hacia China a través de Kazajstán, con una capacidad estimada de 35 mil millones de metros cúbicos (bcm) por año. El anuncio del viceprimer ministro Alexander Novak pone de relieve la creciente dependencia de Moscú de Beijing como cliente energético clave. Sólo este año, Rusia ya ha suministrado 40 mil millones de metros cúbicos de gas a China, consolidando su posición como principal socio energético del Kremlin tras las tensas relaciones con Europa.
Aunque representa sólo el 2,8 por ciento de la combinación energética total de China, el gas natural está ganando terreno en el país. El consumo interno de China aumentó un 8,8 por ciento en los primeros ocho meses del año, alcanzando 283 mil millones de m3. Este crecimiento está impulsado por una variedad de factores, incluida la demanda de calefacción urbana, la expansión industrial y una iniciativa nacional para reemplazar los camiones diésel con gas natural licuado (GNL). Las proyecciones indican que la demanda de gas natural en China aumentará en más del 50 por ciento para 2040.
La dinámica energética de China
Sin embargo, es importante señalar que el carbón sigue siendo la fuente de energía dominante en China y representa casi el 60 por ciento de su combinación energética. El gas natural, aunque está ganando importancia, todavía ocupa un lugar relativamente menor en comparación con el carbón.
Kazajstán, situado a lo largo del Mar Caspio, reconoce el potencial de ampliar las exportaciones de gas a China. Actualmente, los envíos anuales de gas de Kazajstán a China ascienden a sólo 4 mil millones de m3. Este nuevo gasoducto sería esencial para permitir a Rusia fortalecer sus vínculos con Beijing y compensar las pérdidas de ingresos debido a la reducción del comercio con Europa.
El dilema estratégico de Rusia
Sin embargo, es poco probable que China llegue a depender únicamente del gas ruso. La estrategia energética de China consiste en utilizar la competencia para obtener precios favorables. Impulsada por su creciente demanda, China continúa jugando un juego estratégico a largo plazo en el mercado energético global, mientras que Rusia debe evaluar si esta última inversión producirá retornos significativos.
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