La actitud de Juraj Slafkovský hacia los medios de comunicación de Montreal sigue alimentando el debate.
Precisamente ayer, el joven jugador ofreció una actuación gélida y condescendiente durante su rueda de prensa posterior al partido.
Su tono seco y su aparente desprecio por las preguntas revelan una arrogancia inquietante, que está empezando a molestar tanto a periodistas como a seguidores.
Con sólo 20 años, Slafkovský actúa como si fuera intocable, un dios todopoderoso en el mundo de los Montreal Canadiens.
Un discurso evasivo y despectivo… A Slafkovský le encanta ridiculizar a los periodistas
Cuando se le preguntó sobre su desempeño ofensivo y la dificultad para generar oportunidades de gol, Slafkovský respondió con aparente indiferencia.
Hay que decir que la pregunta no era la más aguda del cuadro.
“Esta mañana dijiste que querías disparar más. Las estadísticas obviamente no están ahí, pero ¿sientes que creaste lo suficiente ofensivamente esta noche?”
“Obviamente no, porque no marcamos ningún gol. Así que no creo que hayamos creado lo suficiente. »
Su tono seco y su falta de autocrítica irritaron inmediatamente a los periodistas presentes. Cuando se le preguntó si le resultaba difícil entrar en las zonas rivales, su respuesta fue igualmente concisa, afirmando que lograron entrar en la zona durante toda la noche.
Pero el malestar en el vestuario llegó a su límite, cuando un periodista se atrevió a decir que CH había salido “plano”. La reacción de Slafkovsky fue mordaz:
“En la primera parte ambos equipos parecían un poco planos. ¿Qué opinas y qué te motivó a volver más fuerte en la segunda parte?
“Lo siento, ¿puedes repetir la pregunta?” »
“¿Suave?” Está bien, bueno, no lo creo”.
Pobre periodista. Y boom en los dientes.
No había rastro de humildad en sus palabras. Más bien, parecía atribuir cualquier responsabilidad al equipo o a factores externos, como las decisiones de los árbitros:
“Quiero decir, en esta liga los penaltis son muy extraños. Pero bueno, como dije, no soy yo quien decide. »
¿Un jugador bajo presión o un ego inflado?
Algunos se preguntan si los problemas familiares en Eslovaquia empiezan a afectar la actitud de Slafkovský.
Su familia, en particular, se habría visto envuelta en conflictos mediáticos relacionados con las críticas del joven jugador hacia la Federación Eslovaca de Hockey.
Estas tensiones, combinadas con el hecho de que su familia está pasando por momentos difíciles con la prensa eslovaca, hasta el punto de que sus padres y su hermana son seguidos por fotógrafos durante el juego y por la noche, podrían explicar parte de su comportamiento actual.
¿Pero es esto una excusa suficiente para explicar su flagrante arrogancia hacia los medios de comunicación de Montreal?
La arrogancia de Slafkovský no ha pasado desapercibida para los aficionados, que están cada vez más impacientes por su falta de resultados sobre el hielo.
Con un nuevo contrato valorado en 7,6 millones de dólares repartidos en ocho años, las expectativas son altas. Sin embargo, en lugar de centrarse en su juego, el joven eslovaco parece disfrutar de un papel de prima donna, culpando a los árbitros, a sus compañeros o incluso a los periodistas.
En las redes sociales abundan las críticas:
“¿Quién se cree este tipo que es? ¿Qué hizo para merecer esta actitud? »
“Slaf está más preocupado por su próximo anuncio que por su próximo objetivo. Tenemos otro busto entre manos. »
“Al enfurruñarse y despreciar a todos, acabará como Drouin: un jugador perdido, rechazado por todos. »
En una ciudad como Montreal, donde se analiza cada palabra y cada gesto, la actitud de Slafkovský es un grave paso en falso.
Los aficionados y los medios no perdonan fácilmente la arrogancia, especialmente de un jugador joven que aún tiene que demostrar su valía.
En lugar de ser humilde y trabajador, Slafkovský parece alimentar un ego ya inflado, reforzado por un contrato lucrativo y una presencia omnipresente en los anuncios, ya sea aquí o en Eslovaquia.
Su visible desprecio por los periodistas y su falta de autocrítica no sólo son frustrantes, sino también peligrosos para su reputación.
Montreal no es una ciudad donde los jugadores puedan esconderse detrás de excusas o actitudes altivas. Aquí esperamos resultados y exigimos humildad.
Con su contrato exorbitante y su creciente popularidad fuera del hockey, Slafkovský corre el riesgo de caer en la trampa de las celebridades.
Su reciente anuncio en McDonald’s y su papel en una campaña de lotería en Eslovaquia envían un mensaje claro: el jugador parece valorar más su imagen que su actuación sobre el hielo.
Pero como hemos visto con otros jugadores antes que él, esta actitud rara vez conduce al éxito en Montreal.
Para recuperar la confianza de los aficionados y de los medios, Slafkovský tendrá que demostrar que es capaz de crecer, asumir responsabilidades y dejar de lado su arrogancia.
Porque en una ciudad donde los héroes son llevados al séptimo cielo tan rápido como caen de él, el joven eslovaco pronto descubrirá que la arrogancia sólo conduce a una caída brutal.
Es hora de conversar con Chantal Machabée.