Me Niang subraya que la liberación de Nabou Laye, aunque controvertida, se basa en un principio jurídico esencial: la insuficiencia de pruebas. Invita a las autoridades a considerar este tema desde la perspectiva de la protección de los derechos humanos y la equidad. “Es de suma importancia que la justicia no pierda de vista el impacto de las decisiones en la sociedad”, dijo a L’Observateur.
Los comentarios de Me Niang resaltan un dilema que divide a la sociedad. ¿Debería la justicia actuar rápidamente a riesgo de cometer errores, o debería tomarse el tiempo necesario para garantizar un juicio justo? Estas reflexiones jurídicas son tanto más cruciales cuanto que el asunto Pikine sigue sacudiendo a la opinión pública.
“La presunción de inocencia no es un concepto teórico”
Para Me Niang, respetar los derechos de los acusados debe ser una prioridad. “Antes de poner a una persona bajo supervisión judicial, debe ser escuchada sobre el fondo”, insiste. Le preocupan las decisiones tomadas sin una base sólida y menciona el riesgo de “abusos judiciales” que podrían socavar la confianza pública en el sistema.
Un alegato por el rigor judicial
El abogado subraya que la liberación de Nabou Laye, aunque controvertida, es coherente con el respeto a la presunción de inocencia. Sin embargo, advierte contra procedimientos apresurados que podrían conducir a injusticias. “Hay que proteger los derechos de todo ciudadano, independientemente de la presión social o mediática”, concluye.
The Observer recuerda que este caso sigue siendo un ejemplo sorprendente de los desafíos que enfrenta la justicia senegalesa, con una sociedad que busca transparencia y equidad.