Este fin de semana largo, del 9 al 11 de noviembre de 2024, la ciudad de Saint-Joseph acoge la fiesta del azafrán péi (cúrcuma para los puristas). Esta especia de color dorado sigue siendo popular entre la gente de la Isla de la Reunión. Esto a pesar de que la mayoría de la cúrcuma que se vende en la isla es importada. A nivel local, el producto es víctima de la climatología y del aumento de precios generado por las dificultades del sector (Foto: www.imazpress.com)
“Este año es muy malo”, explica Guibert Hoareau, productor de Plaine des Grègues (Saint-Joseph). “Intentamos arreglárnoslas con lo que tenemos”, confiesa France-May Lebreton, productora. El agricultor cultiva la cúrcuma a la antigua usanza, “kom dann tan lontan”, dice.
Las dificultades del sector las atribuye el ciclón Belal y las fuertes lluvias de principios de año. “El ciclón arrasó la tierra, por lo que tenemos menos rendimiento”, afirma.
– Precios en aumento –
Ante una cosecha sombría, los productores se ven obligados a aumentar los precios. “Este año vamos a fijarlo en 30 euros el kilo frente a los 25 euros del año pasado”, explica Guibert Hoareau.
El producto pei, cultivado principalmente en Saint-Joseph y Saint-Phiippe, se enfrenta a la competencia de las aproximadamente 80 toneladas que se importan cada año desde la India o Madagascar. “Productos de menor calidad”, opina el productor.
La cúrcuma de la Reunión se reconoce por su olor en los karis y por su color. “No es necesario añadir varias cucharadas para captar el sabor”, afirma el granjero.
También tiene conocidos beneficios antioxidantes y antiinflamatorios.
Varios agricultores también están intentando exportarlo a Francia. “Los productores están empezando a ser ecológicos y a trabajar con compradores externos y no sólo para cocinar”, comenta Frédéric Vienne, presidente de la Cámara de Agricultura. “El señor Vitry trabaja en un laboratorio de cosmética en Francia”, pone como ejemplo.
– La mano de obra también escasea –
Otro problema al que se enfrentan los productores de azafrán es la falta de mano de obra. “Tengo a mi hijo y a una mujer de 69 años que me ayudan, pero no es suficiente”, explica Guibert Hoareau. Según él, necesitaría “al menos cuatro personas en los campos durante todo el año”. “Es una profesión manual. Estamos empezando a mecanizar, pero no es fácil”.
France-May Lebreton lo cultiva de forma puramente tradicional. “Le quitamos la tierra, la dejamos en el suelo, luego la sacudimos, luego la llevamos al galpón y la limpiamos”, explica. “Lavamos, picamos a mano, hacemos las tiras que se secarán de forma natural antes de llevarlas al molino para convertirlas en polvo”, continúa el agricultor.
Un proceso “difícil” que, según ella, “se está perdiendo ante la mecanización”.
“El azafrán requiere muchos cuidados y si antes las familias eran numerosas y no faltaba mano de obra, hoy la solidaridad es menos importante y menos expresada”, lamenta Frédéric Vienne.
– Un sector en el punto de mira este fin de semana –
En polvo, en vinagre, en gelatina, en aceite, en pequeñas piedras al gusto… Los reuniones podrán venir a encontrar péi de cúrcuma en la Plaine de Grègues de Saint-Joseph durante el evento “Safran en fête”.
También están en el programa manifestaciones deportivas y turísticas, conciertos, la elección de Miss Saint-Joseph, la ruta de la cúrcuma e incluso el tercer encuentro de jóvenes.
Se esperan cerca de 30.000 visitantes para el evento.
Encuentra el programa aquí.
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