DESCRIPCIÓN – A pesar de la ausencia de jefes de Estado clave en Bakú, Ilham Aliyev ve la reunión sobre el clima como una oportunidad para mejorar la imagen de su país en el escenario internacional.
El autócrata Ilham Aliev nunca ha tenido tanto viento a favor. Los precios del petróleo y del gas son altos; la antigua República Soviética obtiene de ellos alrededor del 90% de sus exportaciones y un tercio de su PIB. El país acaba de restaurar su integridad territorial, tras haber recuperado el control de Nagorno-Karabaj de manos de los armenios tras la guerra del otoño de 2020 y una ofensiva final que duró unos días en septiembre del año pasado. Esto le valió al jefe de Estado una popularidad de la que ni siquiera había disfrutado su padre, Geïdar, a quien sucedió en 2003, haciendo olvidar a algunos de los diez millones de azerbaiyanos la dureza y la corrupción de la dictadura.
En este contexto, la organización de la COP29 parecía ser la culminación de un período de prosperidad para Azerbaiyán. Pero no sucedió solo. En particular, fue necesaria toda la astucia y el saber hacer de un heredero al trono que no dice su nombre, que hoy tiene 62 años, para hacer los planetas…
Este artículo está reservado para suscriptores. Te queda un 83% por descubrir.
¿Quieres leer más?
Desbloquea todos los elementos inmediatamente. Sin compromiso.
¿Ya estás suscrito? Acceso
France