Las campanas de Notre-Dame vuelven a sonar tras el incendio

Las campanas de Notre-Dame vuelven a sonar tras el incendio
Las campanas de Notre-Dame vuelven a sonar tras el incendio
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La emoción y la esperanza resuenan hoy en la plaza frente a Notre-Dame. Por primera vez desde el terrible incendio que asoló la catedral en 2019, las ocho campanas del campanario norte vuelven a elevarse en una nueva armonía, símbolo de una resurrección tan esperada…

Este viernes por la mañana, la emoción era palpable en la plaza frente a Notre-Dame de París. Más de cinco años después del devastador incendio que asoló la icónica catedral, las ocho campanas del campanario norte se elevaron en una sinfonía armoniosa, marcando un paso crucial en la resurrección de esta joya del patrimonio mundial.

El esperado despertar de las campanas

Poco antes de las 10.30 horas, las campanas empezaron a sonar una a una, impulsadas por motores especialmente instalados para la ocasión. Su melodioso canto resonó en el aire parisino, atrayendo la atención de los transeúntes y de los fieles que acudieron a presenciar este momento histórico.

Es un paso hermoso, importante y simbólico.

Philippe Jost, responsable de la restauración de Notre-Dame

Un minucioso trabajo de restauración

Durante el incendio de abril de 2019, las llamas alcanzaron parte del campanario norte, por lo que fue necesario restaurarlo por completo. Las ocho campanas que albergaba tuvieron que ser retiradas con cuidado, limpiadas de polvo de plomo y restauradas antes de volver a su posición original.

Desde “Gabriel”, que pesa más de cuatro toneladas, hasta la más pequeña “Jean-Marie”, que pesa alrededor de 800 kg, cada una de estas campanas lleva el nombre de una personalidad que ha marcado la vida de la diócesis y de la Iglesia. A mediados de septiembre regresaron a Notre-Dame durante una pequeña ceremonia en la que fueron bendecidos.

Pruebas concluyentes para una perfecta armonía

Aunque todavía no todo es perfecto, este primer intento resultó muy concluyente a ojos de Alexandre Gougeon, director del proyecto de renovación de las campanas. Su empresa, por encargo del grupo encargado de la obra, trabajó incansablemente para devolverle la vida a este singular campanario.

Es un gran resultado. Aún ajustaremos algunos detalles para lograr la perfección.

Alexandre Gougeon, director de proyecto de campana – Entreprise Gougeon

Hacia una reapertura tan esperada

Este despertar de las campanas marca un paso más hacia la reapertura de Notre-Dame, prevista para el 7 de diciembre. Monumento imprescindible del patrimonio francés y mundial, catalogado por la UNESCO, la catedral atrae cada año a millones de visitantes de todo el mundo.

Su restauración, resultado de un trabajo titánico y minucioso, moviliza a los mejores artesanos y expertos. Cada gesto cuenta para restaurar Notre-Dame a su antiguo esplendor, al mismo tiempo que lo preserva para las generaciones futuras.

Hoy, mientras las campanas vuelven a resuenar en el cielo de París, un pedacito del alma de la catedral vibra y renace. Un símbolo fuerte, portador de esperanza y resiliencia, que anuncia días mejores para este testigo intemporal de nuestra Historia.

Aunque todavía no todo es perfecto, este primer intento resultó muy concluyente a ojos de Alexandre Gougeon, director del proyecto de renovación de las campanas. Su empresa, por encargo del grupo encargado de la obra, trabajó incansablemente para devolverle la vida a este singular campanario.

Es un gran resultado. Aún ajustaremos algunos detalles para lograr la perfección.

Alexandre Gougeon, director de proyecto de campana – Entreprise Gougeon

Hacia una reapertura tan esperada

Este despertar de las campanas marca un paso más hacia la reapertura de Notre-Dame, prevista para el 7 de diciembre. Monumento imprescindible del patrimonio francés y mundial, catalogado por la UNESCO, la catedral atrae cada año a millones de visitantes de todo el mundo.

Su restauración, resultado de un trabajo titánico y minucioso, moviliza a los mejores artesanos y expertos. Cada gesto cuenta para restaurar Notre-Dame a su antiguo esplendor, preservando al mismo tiempo para las generaciones futuras.

Hoy, mientras las campanas vuelven a resuenar en el cielo de París, un pedacito del alma de la catedral vibra y renace. Un símbolo fuerte, portador de esperanza y resiliencia, que anuncia días mejores para este testigo intemporal de nuestra Historia.

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