lo esencial
Jean Guy Djaballah, joyero y director asociado de ocho empresas en ciudades del suroeste, se siente ofendido por el hecho de que se puedan fundir tesoros patrimoniales con el pretexto de que el precio del oro nunca ha sido tan alto.
“A medida que los precios suben, cada vez más personas venden y compran oro”. Fiel lector de los títulos del grupo Dépêche, y aunque estaba de vacaciones, Jean Guy Djaballah reaccionó rápidamente.
Usted es socio director de ocho empresas “Les 3 Ors” en el suroeste (Tarbes, Lourdes, Muret, Pamiers, Agen, Villeneuve-sur-Lot, Auch, Dax). ¿Es este el motivo que te empuja a reaccionar?
Lo que me molesta (y muchos colegas compartirán mi posición) es que con demasiada frecuencia el oro se presenta como un valor de inversión.
¿Cuál es el caso, verdad, a más de 81€ el gramo?
No. Excepto los lingotes. Pero por lo demás, con mis compañeros, somos sobre todo joyeros. No pesamos el oro: estimamos su valor patrimonial.
Sí, pero: a 81 g por gramo…
Y entonces, ¿qué quedará una vez negociado frente a los mostradores? Te hablaremos de honorarios de negociación, impuestos según el valor y una comisión del 20% al 30%. Al final, el cliente acaba con una oferta de compra de 30 a 50 euros el gramo por una joya: el margen es enorme.
Usted y sus colegas también ofrecen recompras de oro, ¿verdad?
La diferencia radica en que somos ante todo joyeros; no vendedores de verduras. Estamos comprometidos con la preservación del patrimonio. Nacional: a pesar de presentar un documento de identidad, somos naturalmente sospechosos cuando un objeto nos parece sospechoso. Familia: antiguas joyas familiares, monedas o lingoteras, incluso una simple pulsera, sería una pena separarse de ellas. Nuestro know-how es fundamental y en esta etapa es importante aconsejar a estas personas que realicen joyas nuevas y actualizadas: se vuelven a usar y permanecen en la familia. El valor es completamente diferente, ¿verdad?
Si pero…
Si pero que? Influenciadas, la gente se apresura a aceptar las primeras propuestas que aparecen. Los cautelosos invierten en lingotes o monedas, diciéndose que esto siempre será mejor que los bienes raíces, en estos tiempos. Los especuladores vendieron sin esperar el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El único buen consejo es éste: busquen joyeros, conserven sus antiguas joyas familiares, aunque eso signifique transformarlas. Seréis ganadores.
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