¿Qué pasa con los iPhone y iPad antiguos? Vendido, regalado, almacenado… cada consumidor tiene sus propios hábitos en función del producto, pero hay una constante entre la tableta y el smartphone de Apple, impulsada por un defecto humano: la pereza.
Los nuevos iPad Pro M4 y iPad Air M2 de Apple son atractivos, pero muy caros. El mercado de segunda mano es una buena forma de darse un capricho a menor coste. Pero cuando se trata de iPads, la elección es más restringida de lo que parece, según el último estudio CIRP realizado durante los 12 meses anteriores a marzo de 2024.
Muchos iPads se rompen o se pierden
iPhone, iPad, ¿qué hacen los usuarios de Apple con su antiguo hardware? Ésta es la pregunta que se hizo esta firma de investigación del consumo. Los hallazgos del informe destacan que es mucho más probable que los usuarios de iPad conserven sus tabletas antiguas después de reemplazarlas.
Estamos hablando de más de un tercio de ellos. Otro tercio les da una segunda vida entregándoselos a sus seres queridos. Y por lo demás, observamos que una mayoría los ha roto o los ha perdido. Pero sólo el 9% de los propietarios de iPad los revenden o intercambian, lo cual es ridículamente bajo.
Los iPhone se venden a raudales
Para resaltar estos resultados, el estudio los cruza con los hábitos de los usuarios de iPhone. La distribución entre ellos es mucho más comercial ya que Casi la mitad de los iPhone antiguos acaban en el mercado de segunda mano.. Un tercio lo conservan sus dueños y el 11% es donado.
También observamos que Se reportan pocos iPhones viejos perdidos o rotos. Lógicamente, su mercado de segunda mano es más dinámico y sus costes de reparación son un 50% inferiores a los de un iPad. Cambiar la batería de un iPad Air M2 cuesta 169 euros mientras que en un iPhone 15 solo cuesta 109 euros.
Demasiados iPhones y iPads no tienen derecho a una segunda vida
Lo que más destaca en el gráfico CIRP es la proporción de productos que no cambian de manos. En cualquier caso, eso es más de un tercio de los iPads y iPhones antiguos.
Imaginamos que un buen número de ellos ya no se utilizarán, abandonados en el fondo de un cajón. Y hablo con conocimiento de causa ya que hace poco me encontré con un iPhone SE 2016 olvidado en una caja. Mi culpa.