El Real Madrid perdió 3-1 ante el AC Milan en la cuarta jornada de la Liga de Campeones y cayó al puesto 17 de la fase liguera.
Después de un Clásico fallido, el Real Madrid estaba ansioso por resarcirse ante su público durante un gran clásico europeo contra el AC Milan. Todo lo contrario fue lo que Ancelotti y los suyos ofrecieron a su público con una derrota por 3-1 y una actitud que dejaba que desear.
Ancelotti, ¿el principal culpable?
El técnico italiano está en el ojo del huracán por el declive de su equipo y la falta de ideas de juego reales esta temporada. Peor aún, deja la impresión de perder el balón en cada partido al pasear a algunos de sus jugadores por todo el campo como Valverde o Bellingham. También se destaca su gestión de los jóvenes con la falta de minutos de juego de Arda Güler, Endrick o Camavinga.
El partido de esta noche no fue una excepción, ya que Ancelotti volvió a probar un nuevo once con Bellingham en la banda izquierda y Valverde en la derecha, prefiriendo a Modric en el centro del campo. Sus decisiones pusieron directamente en aprietos al Real Madrid ya que Modric no tenía las capacidades físicas necesarias para aguantar en el centro del campo. Tchouaméni estaba completamente perdido a su lado y Valverde y Bellingham se encontraron corriendo hacia el espacio. Los cambios de Ancelotti no son mejores que su once inicial. No supo inculcar algo nuevo a su equipo y la actitud de sus jugadores demuestra que simplemente no encontró las palabras adecuadas.
Aurélien Tchouaméni, ya basta
Fallado en los dos primeros goles del Milan, el francés fue sustituido en el descanso para poner fin a su mala actuación. Poco aplicado en las jugadas a balón parado, inútil con el balón y perdido durante los ataques del Milan, mostró su peor cara durante 45 minutos. Podemos sentir que las cosas no le van bien esta temporada a Tchouaméni, pero acaba de tocar fondo con este fracaso.
El ex monegasco necesita un detonante para volver al fútbol que había dado grandes esperanzas a la afición madridista cuando llegó. Probar el banquillo en el próximo partido podría desencadenar este cambio en Tchouaméni, que esta temporada solo brilla como defensa central. Su futuro en el club empieza a ser cuestionado si damos crédito a las informaciones de Alivio publicado esta semana. Lo cual es comprensible dadas sus actuaciones y que sitúa al francés en un punto de inflexión en su carrera en el Real Madrid.
La defensa del Real Madrid es un colador
Imposible utilizar otra palabra para describir una defensa que acaba de encajar nueve goles en sus últimos tres partidos en casa. Entre las numerosas alertas ante el Dortmund, la desorganización ante el Barça y el desastre de esta tarde, la defensa del Real Madrid ya no se parece a nada desde la lesión de Carvajal. Lucas Vázquez, que sustituye a este último, recuerda en cada duelo con el lateral contrario que no es lateral derecho. Por otro lado, Ferland Mendy, supuestamente “el mejor lateral defensivo del mundo” según Ancelotti, se hace agua en transición y en situaciones de uno contra uno, aunque se supone que ese es su punto fuerte.
¿Y qué pasa con la bisagra central? Militao y Rüdiger son perfiles demasiado parecidos para brillar juntos y se están pisando. El alemán está jugando a un nivel completamente aceptable, pero es el único en la línea defensiva. A su lado, el brasileño Militao es una sombra de sí mismo desde su regreso de una lesión y parece tener miedo del rival en los duelos, como le ocurrió a Leao en el segundo gol. Su asociación con Rüdiger no funciona, pero, además, individualmente no está al nivel del Real Madrid. Lo suficiente como para dejar un trabajo increíble a Carlo Ancelotti, o incluso a la unidad de contratación del club.