No escatimamos en calidad. En boudin, hay boudin y boudin. El domingo por la mañana, en la Trèche de Sanvignes, el preparado por Didier Sabix juega en lo más alto de la canasta. Está en el gratinado del budín. “Sólo trabajo con productos frescos”, dice mientras refina su preparación de embutidos ante unos ojos asombrados y un estómago dispuesto a saborear este sabroso plato.
Esta fiesta de la morcilla que celebrará la Ronde Sud Bourgogne fue un verdadero éxito. Se prepararon 400 kg de budín y se vendieron 300 cabezas. En cuanto a la receta de la morcilla, Didier Sabix se mostró muy evasivo. Sí, pone cebolla pero no sólo eso…
Mucha gente el domingo por la mañana para recoger sus morcillas, sus quesos de cabeza e incluso sus sapos patatas. Y para aquellos que prefirieron prolongar el placer, se sirvieron 150 comidas en el salón del pueblo.
La fiesta de la morcilla es también el reencuentro de una gran familia para la que el cerdo es más que un emblema, es la definición misma de compartir y de convivencia.
“Qué animal tan admirable es el cerdo. Lo único que necesita es saber hacer su propio pudin”, afirma Jules Renard.
JB
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