Mientras los marroquíes se preparan para celebrar Eid Al-Adha, el aumento de los precios de los alimentos planteará un desafío económico adicional para muchos hogares, provocando el descontento de los consumidores.
A medida que se acerca Eid Al-Adha, los consumidores se han enfrentado a un aumento significativo en los precios de frutas, verduras y otros alimentos esenciales. Este aumento de los precios ha exacerbado las preocupaciones de los hogares, que ya se encontraban bajo una presión económica cada vez mayor.
Las frutas y verduras, en particular, han visto aumentar notablemente sus precios, provocando un descontento generalizado entre los consumidores. Este fenómeno forma parte de una tendencia que se observa desde hace varios meses, pero que se ha amplificado a medida que se acerca el Eid Al-Adha. Las verduras han registrado aumentos de precios que oscilan entre 1 y 2 dirhams, lo que encarece la compra de alimentos para muchas familias marroquíes.
Contrariamente a esta tendencia alcista, los precios de las aves de corral han experimentado un ligero descenso, lo que ha proporcionado un ligero alivio financiero a algunos consumidores que se preparan para las festividades de Eid Al-Adha.
Los expertos del sector atribuyen este aumento de precios a varios factores. En primer lugar, la esperada afluencia de consumidores que se preparan para las celebraciones de Eid Al-Adha ha creado una mayor demanda en el mercado. La alta demanda previa a los días festivos a menudo genera presión sobre la oferta, lo que hace subir los precios. Además, el cierre temporal de muchos negocios durante las vacaciones crea una percepción de escasez y alienta a los consumidores a realizar compras anticipadas, contribuyendo así al aumento de los precios.
Otro factor influyente es la reducida disponibilidad de mano de obra durante este período. Muchos comerciantes abandonan temporalmente sus actividades para viajar a sus regiones de origen y celebrar el Eid Al-Adha con su familia. Esta reducción de la mano de obra disponible en las empresas conduce a una gestión de inventario más compleja y a un aumento de los costes laborales. Estos factores impactan los precios de los alimentos.
