Ante un equipo de Lebbeke que aspira a pasar a los play-offs, Estu tiene motivos para quejarse. No contra su forma de jugar, sino contra la forma en que los árbitros designados hicieron sonar sus silbidos. “Creo que no querían vernos ganar. El arbitraje es algo que no podemos controlar en un evento deportivo, pero cuando tiene una influencia real en el desarrollo del mismo, eso trae frustración para el equipo que se siente agraviado y es el mío, que fue engañado este sábado por la tarde en el estadio de Lebekke, comentó el técnico tournaiss. Hay decisiones totalmente incomprensibles, incluidas exclusiones que no están en absoluto justificadas. El más descarado es aquel hacia nuestro portero. (Nota del editor: Tanguy Lefebvre) para una celebración. También son penaltis de dos minutos que no han parado de caer”.
Un partido roto por estas decisiones mientras los equipos estaban ahí para ofrecer juego… “Dos cursos de formación que presentan un buen nivel, añadió Maxime Lemaire. Es una pena que el resultado sólo nos haya dado una unidad, pero probablemente era imposible hacerlo mejor. Cada vez que logramos tomar ventaja sobre el goleador, los árbitros se aseguraron de permitir que el oponente volviera al juego. Todavía teníamos esta oportunidad de lograr la victoria, pero nos faltó lucidez y previsión al final del último disparo”. concluyó el técnico del Estu, encantado de tener una semana de descanso, ya que su grupo necesita respirar, al igual que Sofiane Guermouche, lesionada en el hombro.