Está previsto un endurecimiento de la penalización ecológica para 2025 y se corre el riesgo de que la gente se estremezca. Este impuesto, aplicado en 2008 para penalizar a los coches contaminantes, pronto afectará a casi todos los vehículos térmicos.
Los umbrales de activación se revisarán a la baja: hoy, con 118 gramos de CO2 por kilómetro, la penalización bajará a 113 g en 2025, luego a 106 g en 2026 e incluso a 99 g en 2027. Este cambio terminará afectando incluso a los habitantes de las pequeñas ciudades: Muchos automovilistas tendrán que meterse las manos en los bolsillos. mientras que el próximo año se implementarán otros cambios como que nuevos radares reportarán más infracciones utilizando IA.
Precios que podrían cuadriplicarse para determinados coches
las cantidades subirá enormemente además de estos umbrales de activación reducidos. La pena mínima, actualmente de 50 euros, aumentará a 170 euros a partir del próximo año. Por ejemplo, un Renault Clio verá su precio aumentar al menos 170 euros, sólo por eso.
Los coches más contaminantes serán más caros. La sanción máxima, actualmente de 60.000 euros para los coches que superen los 194 g de CO2, aumentará a 70.000 euros en 2025, 80.000 euros en 2026 y 90.000 euros en 2027. El deportivo Toyota Yaris (260 caballos) es un ejemplo llamativo: actualmente vendido por 72.000 euros (35.000 de sanción incluidos), podría llegar a 127.000 euros en 2027, casi cuatro veces su precio inicial de 37.000 euros.
Este ajuste podría enfriar a los compradores e incluso empujar a ciertos fabricantes a dejar de ofrecer ciertos modelos. Los vehículos eléctricos, cuyo precio podría bajar en 2026, siguen exentos de este impuesto que se parece cada vez más a un impuesto oculto sobre los coches nuevos. Excepto que estos modelos siguen siendo muy inaccesibles para muchos hogares y más aún con la caída del arrendamiento social en 2025. Sin embargo, quedan algunas alternativas en términos de relación calidad-precio, como el BYD Sealion 7.
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