Es hora del gran reemplazo. Tras aparecer a finales de la pasada primavera, El Niño debería desaparecer progresivamente, dejando atrás récords de temperatura para el año 2023. Este fenómeno climático recurrente fue incluso uno de los más intensos jamás registrados, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Si El Niño provoca el calentamiento del planeta, la OMM nos recuerda que no es la única responsable: “Sin duda, El Niño contribuye a elevar las temperaturas a valores sin precedentes, pero los gases de efecto invernadero, que atrapan el calor en la atmósfera, son sin duda los principales culpables.“.
Ahora se espera que La Niña se produzca en los próximos meses y, a diferencia de El Niño, trae consigo perspectivas de enfriamiento.
La Niña dura más
Este fenómeno resulta, al igual que El Niño, de una anomalía en las temperaturas de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial: con El Niño, las aguas superficiales cálidas regresan de oeste a este, cerca de las costas americanas, todo ello acompañado de nubes y precipitaciones, y sequías.
Hablamos del fenómeno de La Niña cuando “los vientos alisios del sureste están bien establecidos en la cara norte del alto de la Isla de Pascua (el equivalente del alto de las Azores en el Atlántico Norte)“, explica Météo-France. Como resultado, las cálidas aguas superficiales son arrastradas por estos vientos alisios y las aguas profundas y frías pueden subir y moverse hacia el este del Pacífico, a lo largo de la costa peruana.
Si El Niño generalmente dura alrededor de un año, La Niña puede permanecer durante varios años. Así lo demuestra el último fenómeno, que abarcó un período de 2020 a 2023.
Señales de llegada
Mientras El Niño muestra signos de regresión, la Agencia Oceanográfica Estadounidense, NOAA, ha publicado un informe en el que estima en un 60% la probabilidad de que La Niña regrese entre junio y julio.
Estas posibilidades aumentan al 90% para el otoño de 2024.
¿Buenas noticias para el calentamiento global?
La Niña y sus promesas de enfriamiento pueden parecer la solución para regular la temperatura del planeta, pero las cosas no son tan simples.
Al igual que su hermano El Niño, La Niña se enfrenta a la inercia del calentamiento global: las emisiones vinculadas a las actividades humanas harán que este enfriamiento potencial sea apenas perceptible.
El fenómeno también favorece más sequías en el sur de Estados Unidos y Oriente Medio.
