Antonio Gastao, el “pequeño manitas” que quiere producir energía

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TIENEAntonio Gastao es un “pequeño manitas”. No es él quien lo dice, sino su hijo, un ingeniero de fibra óptica en París. “Pensó que me estaba ofendiendo, pero no, me reí”, desliza este Charentais de origen portugués. Aunque parezca dudoso, su descendencia dibujó y simplificó los planos de la central hidroeléctrica oceánica imaginada por su padre hace diecisiete años, observando la fuerza de las olas rompiendo en los diques del fuerte de Socoa.

“Pasé noches pensando en el sistema”, dice mientras nos muestra…

TIENEAntonio Gastao es un “pequeño manitas”. No es él quien lo dice, sino su hijo, un ingeniero de fibra óptica en París. “Pensó que me estaba ofendiendo, pero no, me reí”, desliza este Charentais de origen portugués. Aunque parezca dudoso, su descendencia dibujó y simplificó los planos de la central hidroeléctrica oceánica imaginada por su padre hace diecisiete años, observando la fuerza de las olas rompiendo en los diques del fuerte de Socoa.

“Pasé noches pensando en el sistema”, dice mientras nos muestra su estante lleno de documentos. Los gráficos están llenos de detalles técnicos. Las partes detalladas una por una. “Está hecho a mano, no por ordenador”, insiste.

Prueba a gran escala

Después de reflexionar, los rumazieros se dedicaron a construir su estructura, probada a escala real durante dos o tres días en octubre de 2023, en la playa de Ciboure. De acuerdo con el alcalde Eneko Aldana-Douat. “Son iniciativas que hay que impulsar”, asegura el concejal. Fue interesante llevar el ejercicio hasta el final. »


  • Antonio Gastao durante las pruebas de su central hidroeléctrica oceánica en la playa de Ciboure, en octubre de 2023.

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  • Antonio Gastao durante las pruebas de su central hidroeléctrica oceánica en la playa de Ciboure, en octubre de 2023.

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“Tuve que esperar hasta que subiera la marea para tener al menos 30 cm de agua. Detrás, las olas entran y levantan el flotador, que activa los cilindros hidráulicos, explica este antiguo fontanero, calefactor y mecánico. Estos impulsan el aceite a través de válvulas que hacen girar el motor hidráulico responsable de hacer girar el generador eléctrico. Es el equivalente al sistema de energía eólica”, añade, precisando que podemos poner tantas estaciones de tamaño natural (con una altura de seis metros) como sea necesario una al lado de la otra. “Dejé deliberadamente dos centímetros de espacio libre a cada lado. »

“No me tomaron en serio”

Su sistema, que requiere poco mantenimiento y funciona con energía natural del mar, que se supone debe generar electricidad y proteger los acantilados de la erosión, es “relativamente fácil de hacer, de imaginar. No entiendo por qué hace muchos años que no se aplica”. “Lo dejamos pasar, pero se quedó ahí”, reconoce Eneko Aldana-Douat. Gastao confirma lo que sabemos desde hace varias décadas: podemos producir electricidad con el poder de las mareas o las olas en lugar de con energía fósil o nuclear. »

“A mis 79 años me pregunto qué podré dejar como legado a mis nietos en materia de clima…”

Después de intentar promocionarla a empresa, recorrió todos los ayuntamientos desde la costa de La Rochelle hasta el País Vasco. “No me tomaron en serio. Para ellos, sólo soy una broma. Un manitas… Después tengo mi propia idea: mientras tengamos gas y petróleo bajo nuestros pies, se hará todo lo posible para minimizar las energías renovables. Además del sol y el viento, con ríos, afluentes, océanos y cascadas, podríamos hacer mucho. Aunque sólo sea con los pequeños saltos de la montaña. Pero estoy convencido de que detrás de esto hay una historia de mucho dinero. »

¿Negocio? Muy poco para él. “Para la primera estación no pediríamos nada. En cambio, al segundo quizás le pediríamos entre un 5 y un 10% de rentabilidad. » Pero confiesa que no se embarcó en esta aventura ni por dinero ni por gloria. “A mis 79 años, me pregunto sobre todo qué podré dejar como legado a mis nietos en materia de clima…”

Antonio Gastao durante las pruebas de su central hidroeléctrica oceánica en la playa de Ciboure, en octubre de 2023.


Antonio Gastao durante las pruebas de su central hidroeléctrica oceánica en la playa de Ciboure, en octubre de 2023.

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Una bulímica de inventos

El alma creativa de Antonio Gastao está en perpetua gestación. Su mente está llena de inventos. Últimamente ha estado investigando bajantes. “Todo lo que tienes que hacer es bajar una palanca vieja y dirigir el agua a tu tanque o directamente al desagüe. » También comenzó a fabricar paneles solares para su casa y diseñó un soporte para sujetar sus gafas a sus audífonos. “Casi pierdo mi par dos veces, pero encontré una solución: las ramas encajan sistemáticamente en cada prótesis. Es tan estúpido como cualquier otra cosa. »
El “Géo Trouvetou” también instaló una “aspiradora de gas” en la salida de escape de su coche. “Soy el único que lo tiene”, sonríe. Normalmente, mi coche consume seis litros cada 100 km. Cuando vengo de Charente, hago 400 km por carretera y consumo unos cinco litros. » Antonio Gastao intentó patentar algunos de sus hallazgos, “pero me dijeron que me apuntaba a veinte años, que era muy caro y que iba a pagar todos los años. No puedo permitírmelo”.

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