El martes 1 de octubre, a primera hora de la tarde, el ejército israelí informó de una ofensiva iraní contra Israel, marcada por disparos de misiles balísticos. Las sirenas sonaron en todo el país, lo que provocó que los civiles se apresuraran a acudir a los refugios antiaéreos. Se detectaron más de cien misiles. Horas antes del anuncio, un alto funcionario estadounidense advirtió sobre un ataque inminente y dijo que Estados Unidos ya estaba involucrado en los preparativos para proteger a Israel. Esta información fue confirmada por fuentes cercanas a la Casa Blanca y transmitida por varias agencias de noticias.
El comando estadounidense responsable de Medio Oriente, Asia Central y Asia del Sur respondió rápidamente, enviando tres escuadrones de aviones de combate a la región para reforzar las defensas. Al mismo tiempo, el ejército israelí, conocido como FDI, dijo que estaba en alerta máxima y listo para responder. Según Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí, las fuerzas armadas del país están preparadas no sólo para defenderse, sino también para pasar a la ofensiva si es necesario.
Las tensiones entre ambos países se han disparado tras varios acontecimientos recientes. Los ataques israelíes contra posiciones de Hezbollah, apoyado por Irán, y el asesinato del líder de esta organización, Hassan Nasrallah, han empeorado la situación. Sin duda, estas acciones precipitaron la decisión de Teherán de responder con misiles balísticos. Según estimaciones de la inteligencia estadounidense, algunos de estos misiles de largo alcance podrían llegar a Israel en menos de 15 minutos.
Ante esta situación crítica, el Comando del Frente Interior israelí ha emitido estrictas instrucciones a la población. Se insta a los residentes en áreas bajo amenaza directa de incendio a seguir estas pautas para garantizar su seguridad.
