Aunque es difícil de cuantificar, en particular debido al infradiagnóstico, se estima que la enfermedad de Alzheimer afecta a aproximadamente una cuarta parte de las personas mayores de 80 años. Según estudios de Salud Pública Francesa, 1,2 millones de personas podrían estar afectadas por la enfermedad de Alzheimer o una enfermedad relacionada en Francia, de las cuales 750.000 personas estarían diagnosticadas. Alrededor de 40.000 personas podrían estar afectadas en la región según diversas estimaciones.
Aunque actualmente no hay forma de detectar la enfermedad antes de que aparezcan los signos, la cuestión prioritaria es poder diagnosticarla lo antes posible para actuar y preservar la calidad de vida y la autonomía de las personas durante el mayor tiempo posible.
Una oferta diagnóstica distribuida en todo el territorio
En la mayoría de los casos, el médico tratante es el primer punto de contacto para el paciente o sus allegados cuando aparecen trastornos que sugieren la enfermedad de Alzheimer. Si es necesario, puede derivar al paciente a un servicio local para establecer un diagnóstico preciso, en la ciudad con un neurólogo privado, o en un entorno hospitalario en una de las 35 clínicas de memoria que cubren toda la región.
Estas consultas de memoria se realizan en centros sanitarios, en departamentos de geriatría y/o neurología. Su objetivo es evaluar los trastornos de la memoria y establecer un diagnóstico mediante ejercicios y la posible utilización de una resonancia magnética. También se puede ofrecer apoyo psicológico al paciente y a su cuidador principal para ayudarles a afrontar el anuncio de la enfermedad.
En los hospitales universitarios de Amiens y de Lille también hay dos centros de recursos e investigación. Se trata de centros de consulta especializados que intervienen como recurso, a petición de un centro de consulta de la memoria o de un neurólogo, cuando los trastornos detectados requieren exámenes en profundidad.
Permitir una vida de calidad en el hogar durante el mayor tiempo posible
El acompañamiento a las personas enfermas tiene como objetivo mantener un nivel de autonomía y bienestar durante el mayor tiempo posible. Los equipos especializados en Alzheimer, compuestos por enfermeras, terapeutas ocupacionales, psicomotricistas y asistentes de cuidados gerontológicos, trabajan en los hogares de las personas. Su intervención individualizada favorece el mantenimiento de las capacidades mediante el aprendizaje de estrategias de compensación y una adaptación más adecuada al entorno. 42 equipos especializados en Alzheimer financiados por la ARS operan en toda la región.
El hecho de que uno o varios cuidadores estén presentes junto al paciente hace posible que el paciente pueda quedarse en casa. Por tanto, el apoyo de los cuidadores es esencial para que puedan acompañar a su ser querido lo mejor posible. La ARS Hauts-de-France financia 24 plataformas de respiro que acogen a los cuidadores para responder a sus preguntas, pero también ofrecen formación, apoyo psicológico, bienestar y actividades sociales.
Además, en la región se han puesto a disposición más de 1.300 centros de día temporales para acoger a los pacientes y apoyar a sus cuidadores, permitiéndoles así disponer de tiempo libre. En 2023, el 38% de las personas acogidas en estas estructuras padecían la enfermedad de Alzheimer.
La ARS también financia paquetes de actividad física adaptada en los centros deportivos y de salud de la región. De hecho, la actividad física reduce en un 30% el riesgo de desarrollar una enfermedad neurocognitiva. La actividad física también tiene un efecto positivo en las personas enfermas, con una progresión más lenta que en los pacientes sedentarios.
Apoyo gradual en el establecimiento
Numerosas residencias de ancianos ofrecen un acompañamiento específico a sus residentes con enfermedad de Alzheimer. 157 residencias de ancianos de la región ofrecen un acompañamiento específico para el Alzheimer con centros de actividades y cuidados adaptados (PASA), financiados por la ARS. Profesionales formados en el acompañamiento de personas con trastornos cognitivos ofrecen, en el marco de estos centros, actividades terapéuticas y sociales en grupo como talleres de estimulación cognitiva o de la memoria, talleres de cocina y talleres en torno a la gimnasia, la motricidad y la relajación, o incluso actividades artísticas, de jardinería y de terapia con animales.
Las unidades de alojamiento reforzadas (UHR) acogen a un número reducido de personas con enfermedades avanzadas y trastornos del comportamiento. Los profesionales que trabajan en ellas están formados y dedicados específicamente a estas unidades. Desarrollan actividades prioritarias para mantener o rehabilitar las capacidades cognitivas restantes y movilizar las funciones sensoriales de los residentes. La ARS financia 35 UHR (25 en residencias de ancianos y 10 en hospitales).