A bordo de canoas, miembros del colectivo Stop Cruises y Extinction Rebellion bloquearon el sábado durante casi dos horas la llegada de cruceros al puerto de Marsella, denunciando la “contaminación” provocada por estos gigantes de los mares.
Fueron desalojados por la policía marítima, que confirmó a la AFP que el bloqueo fue “de una decena de kayakistas” en la madrugada, luego el puerto reabrió alrededor de las 9 am.
Tres cruceros y dos transbordadores “resultaron impactados” y tuvieron que esperar en el mar debido a esta acción, poco común en uno de los mayores puertos de Francia, indicó a la AFP el puerto de Marsella.
Hacia las 7 de la mañana, el barco Aidastella, de la compañía alemana de cruceros Aida, tuvo que dar la vuelta porque doce canoas se habían apostado a la entrada del puerto norte de Marsella, impidiéndole entrar en el puerto, constataron los periodistas de la AFP. Este barco, con capacidad para unas 2.000 personas, que debía hacer escala en la segunda ciudad francesa, esperó cerca de dos horas.
Las líneas de cruceros señalan acciones “ilegales” y peligrosas
Otros dos cruceros, el MSC World Europa, el sexto barco de cruceros más grande del mundo (más de 2.600 camarotes, 6.000 pasajeros, 13 restaurantes, un centro comercial) y el Costa Smeralda, que debían atracar en Marsella el sábado por la mañana, también tuvieron que esperar en alta mar y finalmente pudieron entrar en el puerto alrededor de las 9.30 de la mañana.
En sus kayaks hinchables, alineados, una veintena de activistas equipados con chalecos salvavidas habían desplegado pancartas como “huele a gas” o “estamos muy enfadados con MSC Cruceros”.
Stop Cruises denuncia “la contaminación atmosférica provocada por estos barcos, verdaderas ciudades sobre el agua”, con un “impacto negativo sobre la salud de las poblaciones y la biodiversidad marina”, indicó un portavoz a la AFP. El grupo denuncia también las condiciones de trabajo a bordo.
La Asociación Internacional de Profesionales de la Industria de Cruceros (CLIA) condenó “firmemente” el bloqueo en un correo electrónico a la AFP, calificándolo de “ilegal y peligroso, por parte de un puñado de activistas independientemente de sus opiniones”. Agregó que “el transporte marítimo, del cual los cruceros representan el 5% en Marsella, continúa sin descanso sus esfuerzos para lograr la neutralidad de carbono en sus actividades”.
Creciente hostilidad
En 2022, el puerto de Marsella recibió 1,5 millones de cruceristas y 2,5 millones el año pasado, según el observatorio turístico de la ciudad de Marsella. En Europa crece la hostilidad hacia el sector de los cruceros, una fuente de ingresos para las ciudades de escala pero considerada nociva para la salud de los habitantes locales y el medio ambiente debido a su gigantismo. En los últimos años, Venecia y Ámsterdam han cerrado sus centros urbanos a los gigantes de los mares.
Según un estudio de la ONG Transporte y Medio Ambiente, los cruceros que naveguen en aguas europeas en 2022 habrán emitido más de ocho millones de toneladas de CO2, el equivalente a 50.000 vuelos París-Nueva York.
En marzo de 2023, asociaciones y residentes del puerto de Marsella presentaron una denuncia contra desconocidos por los impactos de la contaminación vinculada al tráfico marítimo en las instalaciones portuarias, superándose regularmente en la zona urbana los umbrales de contaminación atmosférica autorizados por la legislación europea.
Las actividades marítimas son responsables del 39% de las emisiones de dióxido de nitrógeno (NOx, un contaminante atmosférico) en la región metropolitana de Marsella, sólo por detrás del tráfico rodado (45%), según AtmoSud, organismo de medición de la calidad del aire.