En el Olympia, Xavier Niel cede a la tentación del monólogo – Libération

En el Olympia, Xavier Niel cede a la tentación del monólogo – Libération
En el Olympia, Xavier Niel cede a la tentación del monólogo – Libération
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El jefe y fundador de Free actuó en solitario en el escenario de la famosa sala parisina. En el menú, sus recetas para convertirse en multimillonario y algunos fragmentos de vida para intentar convencer a la gente de que un ultramillonario no vive a años luz de la realidad cotidiana.

La tradición del music-hall obliga. Xavier Niel tiene derecho a llevar su nombre en la parte superior del cartel y en letras rojas luminosas en la fachada del Olympia. El que ocupa el noveno puesto entre las fortunas francesas, con un patrimonio profesional de 22,9 mil millones según el ranking de la revista DesafíosHa elegido el espectáculo unipersonal para promocionar su libro. Un verdadero deseo de causar problemas.. Un libro escrito en forma de entrevista con su amigo Jean-Louis Missika, ex vicealcalde de París.

Sería un eufemismo grosero decir que el local es propiedad del dueño de Free. Las entradas se agotaron en dos horas, tan rápido como para un concierto de Taylor Swift o una reunión de Oasis. En la cola que se extiende a lo largo del Boulevard des Capucines, vemos muchas caras conocidas del mundo de los negocios. El fundador de Veepee, Jacques-Antoine Granjon, saluda al banquero de inversiones Matthieu Pigasse, quien está enfrascado en una conversación con el dueño de la cadena de alimentos congelados Picard Moez-Alexandre Zouari, quien resume, todo sonrisas: “Estamos aquí por Xavier”.

Deseo serio de ser amado

Sin embargo, para el inicio de su desfile, el hombre en cuestión no opta por las lentejuelas, sino por un sorprendente esmoquin de satén, él que solo se conoce con vaqueros. El traje de noche, sin embargo, solo está destinado a inaugurar el espectáculo, que durará una hora, con el objetivo de dar a los espectadores cinco consejos esenciales para “convertirse en multimillonario”Pero, advierte de antemano Xavier Niel, el estatus de ultrarico tiene dos consecuencias inmediatas: “insultos y fantasías.” Como prueba, difunde en una pantalla gigante algunos tuits cursis, supuestamente enviados por suscriptores descontentos con el funcionamiento de su decodificador. Continúa con un extracto del informativo de las 20 horas de TF1 de 2004, en el que Claire Chazal anuncia su procesamiento y encarcelamiento en la prisión de Santé, por proxenetismo agravado y blanqueo de dinero. “En 2004, en mi cabeza, no podía perder. Y una mañana, a las seis en punto, llamaron a mi puerta. Tardé un rato en abrir y me encontré inmovilizado contra el suelo por la policía”. De su período de detención conserva el recuerdo de “Comida asquerosa y sesiones de pesas en la zona VIP”Pero recuerda sobre todo el consejo que le dio el juez Renaud Van Ruymbeke, que lo hizo encarcelar y que desestimaría el caso unos meses después: “Muerde la línea amarilla pero nunca la cruces. Juega con la ley pero no la rompas”. Y cita a quienes, según él, han aplicado esta regla con éxito: “Uber está jugando con la normativa de los taxis y Airbnb con la normativa de los hoteles”. Y provocativamente, da un primer consejo: “Ve a la cárcel.”

Micrófono en mano, Xavier Niel, cargado de una buena dosis de autocrítica, cuenta su historia con un serio deseo de hacerse querer y de convencer a un público conquistado por su causa de que ser multimillonario no lo sitúa irremediablemente en otro planeta. De ahí su propensión a enumerar sus fracasos: “He fracasado diez veces más de lo que he tenido éxito”.Entre las tres operaciones fallidas destacan sus intentos de compra de la cadena M6, el grupo Casino y los multicines CGR. La búsqueda de normalidad de Xavier Niel también implica una larga explicación/justificación en imágenes de su -conocido- gusto por las catacumbas.

Deseo de consenso

Como la riqueza suele generar obligaciones de transmisión y de mecenazgo, el fundador de Free tiene los ojos puestos en Chimène, en la Escuela 42 que creó y cuyas singularidades describe en detalle. Allí se forman programadores informáticos sin ninguna exigencia de diploma ni de horarios fijos. Pero su último elogio del espíritu emprendedor sigue siendo sabio. En su deseo de hacer accesible la riqueza a todos los candidatos, Xavier Niel ha borrado la dimensión más divisiva y libertaria de su personaje. Un deseo de consenso llevado al límite: el final de su actuación, donde, sin previo aviso, invita a subir al escenario a una estrella de los años 2000, Nâdiya, cuyo éxito había caído en el olvido.

Después de un interludio así, es difícil hablar de nuevo, salvo para agradecer a los equipos de Free y a su familia, incluida su pareja, Delphine Arnault, sentada en el balcón. En la sala, también vemos a “Mimi” Marchand, cuya agencia de fotografía de celebridades, Bestimage, compró. Este monólogo un tanto inusual termina sin bis. El espectáculo unipersonal también tiene sus códigos, que no están basados ​​en computadoras.

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