Donald Trump se convirtió el lunes en el primer expresidente estadounidense en comparecer acusado penalmente, en un juicio en Nueva York que expone al candidato republicano al riesgo de ser condenado a pocos meses de las elecciones presidenciales.
Al final de un primer día de audiencia, Donald Trump afirmó tener “un problema real” con el juez Juan Merchán, que preside el proceso en el tribunal de Manhattan, asegurando que no tendría “derecho a un juicio justo”.
El multimillonario está siendo procesado por pagos destinados a comprar el silencio de la ex estrella porno Stormy Daniels, pocos días antes de las elecciones de 2016, que ganó por estrecho margen a la candidata demócrata Hillary Clinton.
El juez abrió la sesión, en presencia del fiscal Alvin Bragg, examinando los recursos de la defensa, rechazando en particular una solicitud de recusación.
Los fiscales también exigieron multas contra Donald Trump, quien, según dicen, violó una orden en las redes sociales en los últimos días que le prohibía criticar a los testigos. El juez fijó una audiencia sobre el asunto para el 23 de abril.
Después de largas horas dedicadas a cuestiones procesales, un primer grupo de 96 posibles jurados pudo entrar en la sala alrededor de las 14:30 horas (18:30 GMT).
Una cincuentena de personas quedaron exentas tras levantar la mano cuando el juez pidió a quienes se consideraban incapaces de ser imparciales que se denunciaran. Una decena de personas más también fueron arrestadas por otros motivos no especificados.
Los demás, ciudadanos anónimos sumidos de la noche a la mañana en el frenesí de este juicio sin precedentes, como una enfermera de un departamento de oncología o un librero, tuvieron que comparecer ante el tribunal, interrogados sobre su profesión, su situación familiar o sus aficiones.
El largo cuestionario les pide que expresen sus simpatías o prejuicios hacia el acusado.
Luego la audiencia fue aplazada hasta el martes por la mañana.
– “Alentar a Trump” –
El objetivo de este paso decisivo es seleccionar a los doce jurados que declararán por unanimidad a Donald Trump “culpable” o “no culpable”, un proceso que podría durar días.
Más de tres años después de dejar la Casa Blanca sumida en el caos, Donald Trump se enfrenta, en teoría, a una pena de prisión. Esto no le impediría ser candidato en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, donde sueña con una venganza contra Joe Biden, pero proyectaría la campaña hacia lo desconocido.
Si fuera declarado inocente, sería, por el contrario, un gran éxito para el candidato republicano.
Sobre todo porque hasta ahora ha logrado posponer sus otros tres juicios penales, dos por intentos ilícitos de anular los resultados de las elecciones de 2020 y uno por manipulación supuestamente casual de documentos clasificados.
El especialista en derecho electoral Richard Hasen lamenta en un artículo del Los Angeles Times la posibilidad de que este caso, “un delito menor de financiación de campañas”, sea el único juzgado antes de las elecciones.
Según él, en este caso cualquier veredicto que no sea la pena más severa “sólo alentará a Trump”. El expresidente denuncia una “caza de brujas” tramada por la administración demócrata de su oponente Joe Biden.
Donald Trump está acusado de falsificar los documentos contables de su empresa, la Organización Trump, que supuestamente pretendía ocultar, bajo el pretexto de “honorarios legales”, el pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels por parte de su entonces abogado personal, Michael Cohen.
A cambio, este último había aceptado guardar silencio sobre una fugaz relación sexual con el multimillonario en 2006. Donald Trump siempre ha negado esta relación y su defensa asegura que los pagos se realizaron en el ámbito privado.
Pero la fiscalía pretende demostrar maniobras fraudulentas para ocultar información a los votantes unos días antes de la votación.
Alrededor del tribunal, que estaba bajo muy alta seguridad, se reunieron el lunes unas pocas decenas de manifestantes a favor y en contra de Trump. Cámaras de medios de todo el mundo están presentes, pero las audiencias no serán televisadas, según la ley del estado de Nueva York.
Uno de los desafíos del juicio será determinar qué sabía Donald Trump sobre estos pagos en el momento en que se realizaron.
