El ambiente era eléctrico en el Estadio Rey Abdullah durante el último choque entre Real Madrid y Mallorca en la semifinal de la Supercopa de España, sobre todo con las provocaciones de Pablo Maffeo que encendieron la pólvora. Después de un comienzo de partido relativamente tranquilo, el lateral español habría intentado alterar el curso del partido aumentando las provocaciones, en particular hacia Vinícius Jr. y Raúl Asensio. Este último recordó un episodio controvertido relacionado con vídeos objeto de investigación judicial, lo que aumentó aún más la tensión. El clímax de la animadversión se alcanzó cuando un gesto exagerado de Maffeo, simulando agresión, casi desemboca en una expulsión injustificada del brasileño. Tchouaméni no se anduvo con rodeos tras la reunión, denunciando los “reiterados intentos de Maffeo de destacar y desestabilizar”.
¿Un movimiento preparado?
En el vestuario madridista la frustración es palpable, según revela el diario Marca. Los jugadores creen que Maffeo, acostumbrado a este tipo de provocaciones contra el Real, había preparado su papel con antelación, alimentando una “guerra clandestina” que va más allá del ámbito deportivo. Si Carlo Ancelotti fue mesurado en sus declaraciones evitando al Mallorca cualquier culpa directa, sus jugadores ya no ocultan su exasperación ante lo que consideran una estrategia calculada para desbaratar a su equipo. Mientras los ánimos se caldeaban, sólo Jude Bellingham evitó por poco una fuerte sanción al contener sus nervios ante la provocación. Una situación que los dos técnicos, Ancelotti y Arrasate, lamentaron después, pidiendo mayor serenidad para preservar el espíritu del juego.
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¡El Real Madrid todavía no se enfada con Pablo Maffeo!